Nos subimos a pasarelas virtuales para viajar a un mundo de creatividad sin límites, una nueva moda con distancia social que no se tambalea ante la incertidumbre de la pandemia de coronavirus.
"La primera ventaja es la sostenibilidad, la segunda ventaja es la reducción de tiempos en los procesos de planificación de una colección, la tercera ventaja es la economía en los recursos materiales", explica Rocío Ortiz de Bethencourt, directora de la escuela de diseño La Tecnocreativa.
Estos patrones digitales acortan el proceso de creación convencional. "Lo que te frece es mucha más libertad. Puedes hacer las modificaciones que quieras de una forma rapidísima", dice Isabel Basaldúa, diseñadora de La Tecnocreativa.
Y ponen la tecnología al servicio del acabado tradicional de la alta costura: plancha para arrugas en la pantalla, texturas en 3D y toma de medidas sin contacto físico.
"El escaneo permite muchas herramientas, vestir a la gente que no está aquí. Una vez modelado, te visto virtualmente, entonces te puedo decir las telas, los tejidos y los acabados en remoto", explica al respecto Iñigo Becerril, director de Incommon Studio.
Son prendas irreales, pero más reales que nunca.