La imagen que para los científicos dejan de momento los estudios de seroprevalencia sobre la COVID-19 es como si los anticuerpos específicos contra el virus fuesen la parte de los icebergs que solo vemos en superficie.
"Es como que estamos viendo solo la parte de arriba del iceberg, solamente los anticuerpos, pero la respuesta inmune es algo más sólido y complejo que está por debajo y habría otra cantidad x de la población que estaría protegida por sus células, tanto por inmunización directa como cruzada".
Faltaría investigar ese fondo de nuestro organismo para obtener las claves completas de nuestra respuesta inmunitaria frente al virus. También, si desaparecen en los test esos anticuerpos, tal y como ha ocurrido con un 14% de las personas que los tenían al comienzo del estudio de seroprevalencia del ministerio de Sanidad. No se ven en superficie, pero esos bloques inmunitarios continúan latentes con mayor capacidad y precisión de respuesta ante una nueva infección.
"Los anticuerpos desaparecen, pero las células que producen los anticuerpos están ahí. Tienen esa memoria, lo que llamamos memoria inmunológica. Y, ante un nuevo estímulo como el coronavirus, reaccionan y producen esas defensas.."
Eso explicaría, según la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán, que no se estén notificando reinfecciones de esos pacientes curados que presentaban anticuerpos. Un mapa sobre el virus en el que la Sociedad Española de Inmunología pide que se incluya el análisis, más complejo y preciso, de la respuesta celular.
Tras finalizar el estudio de seroprevalencia, elaborado por el Ministerio Sanidad, junto al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Instituto Nacional de Estadística (INE), con la colaboración de las comunidades autónomas, se conoció que el 14 por ciento se seronegativizó, es decir, que tuvieron anticuerpos y ya no los tienen.
La "pérdida" de los anticuerpos fue más frecuente en personas que no habían tenido ningún síntoma (11% entre las rondas 1 y 2, con información más precisa) y mucho menos frecuente en los participantes con una PCR positiva (0,5%) y en aquellos que describieron pérdida súbita del olfato o del gusto (2,6%).
Además, se detectó una tasa global de seroconversión (personas que no tenían anticuerpos en la primera oleada y que los han desarrollado a lo largo del estudio al tener contacto con el virus) del 0,9 por ciento entre la ronda 1 y la ronda 2, un porcentaje algo menor (0,7%) entre la ronda 2 y la ronda 3. Estas cifras reflejan la "baja aparición" de nuevas infecciones tras el confinamiento.
Al mismo tiempo, mientras el porcentaje de sintomáticos disminuyó sustancialmente entre la primera y la segunda ronda, observándose un leve incremento en la última ronda, lo cual podría ser fruto de la mayor movilidad de la población tras el periodo de confinamiento, aunque los expertos han comentado que también es posible que un porcentaje de estos pacientes puedan ser casos de Covid-19 en fase precoz de la enfermedad.