Ya hemos visto el momento en que el avión de Air Canadá aterrizaba, sin problemas, en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. La rotura de una de las ruedas durante el despegue provocó una situación de emergencia. Se activaron todas las medidas de seguridad y gracias a la pericia del piloto, el avión tomó tierra en torno a las siete de la tarde. Un periplo que mantuvo en vilo a todo el país y que los pasajeros ya en tierra se mostraban “feliz y contento”.
Es el final de una larga odisea de casi cinco horas de agonía que terminaban, afortunadamente, con un final feliz. La sensación al llegar a tierra era de “paz”, no explican los pasajeros.
Fue aterrizaje forzoso y perfecto, sin más problemas que los nervios y la tensión acumulada de los 130 pasajeros que viajaban en este avión de Air Canada. “Estábamos nerviosos, temblando pero el piloto dijo que podíamos llegar a tiempo de forma segura”, nos cuenta una pareja.
Al bajarse del avión, los viajeros recuperaban la calma y contaban cómo había sido todo. “Hubo un golpe muy fuerte cuando despegamos y todos estaban un poco preocupados” pero “cada poco tiempo nos iban diciendo como estaban la situación”.
Fue la pericia del piloto la que evitó que el susto fuera a más. En el aeropuerto, el piloto fue recibido con felicitaciones.
Los amigos y familiares de los pasajeros “creo que estábamos más nerviosos nosotros aquí abajo que allí arriba”, dice un hombre tras el susto.
“Afortunadamente todo ha salido bien y feliz y contento me vuelvo a casa”, decía un hombre ya más tranquilo.
Hoy a las 12.30 saldrá un nuevo avión rumbo a Toronto. En él podrán volar todo estos pasajeros que ayer tuvieron que pasar la noche, de nuevo, en Madrid.