¿Parricidio o mutación genética?, el crimen que asombró a Australia y una genetista española ha revolucionado
Kathleen Folbigg fue condenada a 30 años de cárcel por la muerte de sus cuatro hijos, aunque hay evidencias de que podría ser un error judicial
La genetista española Carola García Vinuesa cree que los niños fallecieron por mutaciones de su ADN que les expuso a una muerte súbita
La Justicia Australiana se resiste a dejar en libertad a Kathleen Folbigg, pero ya no es considerada como la mujer más odiada de Australia
Australia vive con el corazón en un puño al descubrir que uno de los crímenes más horribles que ha conocido su sociedad podría ser un escandaloso caso de error judicial. La clave para saber lo ocurrido está en manos de una prestigiosa genetista española que trató de demostrar que la muerte de los cuatro hijos de Kathleen Folbigg no fue un caso de parricidio como sentenció un tribunal, sino la consecuencia de un fallo genético que condenó a sus cuatro bebés a una muerte prematura.
Este es un caso en el que la Justicia y la Ciencia van de la mano. Todo comienza cuando un alumno de Carola García Vinuesa se pone en contacto con ella para preguntarle sobre un asunto que estaba llevando.
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Los cuatro hijos de Kathleen Folbigg murieron antes del año de vida
Como informa El País, David Wallace relató a García Vinuesa el caso de la pareja formada por Kathleen y su marido Craig. En un lapso de 10 años, entre 1989 y 1999, el matrimonio tuvo cuatro hijos: Caleb, Patrick, Sarah y Laura, pero ninguno de ellos alcanzó los dos años.
Lo que en principio parecía ser un caso de lo que en medicina pediátrica se conoce como síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), dio un vuelco tras aportar el marido tras la separación del matrimonio, los diarios de su esposa. En ellos aparecen comentarios de puño y letra de la mujer en los que parece indicar que las muertes se produjeron con "ayuda".
A pesar de que no había ninguna prueba directa contra Kathleen, sino los comentarios de su diario, la mujer fue condenada como responsable de la muerte de sus cuatro hijos, lo que le granjeó el apodo de la mujer más odiada de Australia.
Pero tras 18 años en prisión, la historia de Kathleen dio un giro inesperado gracias nuevas evidencias científicas como las aportadas por la genetista española.
La genetista española cree que las muertes de debieron a mutaciones del ADN
El País cuenta tras contactar con la genetista española que el relato de los hechos trajo a la memoria de García Vinuesa casos similares en los que mutaciones genéticas predisponían a los bebés a ser víctimas del síndrome de muerte súbita del lactante. No solo cita un caso detectado en Macedonia sino estudios de un colega de Milán en el que se apuntaba en esta misma dirección.
La creación de dos grupos de científicos trabajando en paralelo ha aproximado evidencias de que dos de las niñas fallecidas tenían una malformación genética que daba una probabilidad de un 99 % de que las muertes fueran causadas por estas alteraciones del ADN.
El problema es que otro equipo, este de la parte acusadora, no comparte esa idea, sino que cree que las evidencias descubiertas son "inciertas" porque tampoco hay antecedentes familiares.
Sobre la condena de Kathleen pesó siempre la conocida como ley de Meadow, un prestigioso pediatra británico que aseguraba que "una muerte súbita es una tragedia, dos son sospechosas y tres son asesinato hasta que se demuestre lo contrario".
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Las teorías de Meadow resultaron finalmente desacreditadas en el Reino Unido tras comprobarse que no estaban basadas en la realidad científica, pero pesaron en el caso de los cuatro hijos de Kathleen que también se vio perjudicada por la postura del Fiscal que la acusó y que llegó a asegurar ante el tribunal que la muerte de cuatro bebés en la misma familia era tan probable "como que los cerdos volaran".
Los investigadores no lograron sacar de la cárcel a Kathleen. En 2019, el tribunal la mantuvo en prisión, pero las dudas sobre su juicio y el veredicto hicieron que la sociedad australiana ya no la viera como la mujer más odiada del país.