Álvaro, Amara y su hija de tres años India, una familia de sevillanos, llevan semanas atrapados en la isla filipina de Boracay por el coronavirus. En un vídeo publicado en sus redes sociales piden poder llegar a Europa.
Están desesperados, aterrados. Explican que les echan del hotel en el que habían pasado sus vacaciones. Pero a este problema se suman muchos otros en una isla de 7 kilómetros a 17 000 de su hogar: no hay ni agua potable ni material sanitario y, el único centro de salud está cerrado porque su único médico dio positivo en coronavirus; por lo que las enfermeras del hospital y él se encuentran en cuarentena.
Además, expresan la dureza de las medidas en países como Filipinas. Con el Ejército en la calle, temen que una necesidad les lleve a infringir la ley y acaben malparados. Cuentan que en Manila "a los que se saltan el confinamiento los meten en jaulas de perros".
Por último, subrayan que les preocupa, y mucho, la posibilidad de que alguno de ellos resulte positivo y, tan lejos de casa, no tengan con quien dejar a India.
Piden ayuda ahora, tras días esperando a que los principales problemas que atravesaba España se solventasen. No pueden más y dicen que no son los únicos turistas europeos afectados en la isla.