Algunos alimentos que ayudan a combatirlos en la dieta diaria son la piña, el jengibre, la col rizada, el aloe vera, semillas de calabaza o aceite de coco.
Cuando están en el organismo, proliferan en el intestino y generan síntomas según invaden el cuerpo, informa Mejorconsalud.com. Estas son 9 de esas señales de alerta que permiten detectarlos y combatirlos:
1. Trastornos de sueño: los parásitos pueden provocar enuresis (micción involuntaria), perturbación del sueño, rechinamiento de dientes durante el sueño o insomnio.
2. Problemas cutáneos: úlceras, piel seca, erupciones, granos, eczema o urticaria son signos en la piel de que hay parásitos.
3. Fatiga: estos organismos roban energías al cuerpo y desencadenan episodios de fatiga, depresión, y una fuerte sensación de agotamiento.
4. Síndrome del colon irritable: genera síntomas como el dolor abdominal, la distensión y el estreñimiento. Aunque hasta el momento no existe una causa exacta que lo explique, en muchos de los casos se cree que podría tener una fuerte relación con la presencia de parásitos.
5. Problemas digestivos: estos organismos causan ciertos daños en la mucosa intestinal, que absorbe los nutrientes de los alimentos para un buen proceso digestivo. Si se alteran las células que la componen, se pueden sufrir alergias e intolerancias alimentarias, inflamación abdominal, dolor de estómago recurrente y dificultades para digerir.
6. Inflamación: los parásitos pueden provocar procesos inflamatorios en los tejidos del cuerpo y derivar en patologías y dolencias como artritis, dolor en el pecho, calambres musculares, entumecimiento de las manos y pies y dolor en el corazón o en el ombligo.
7. Descontrol del peso corporal: perder peso sin razón aparente puede estar provocado por los parásitos porque a menudo pueden impedir la correcta absorción de los nutrientes y alimentarse de las comidas que llegan al tracto digestivo. Así, crecen muy rápido y generan estragos en la salud que pueden ser perjudiciales. Además, generan una sensación de hambre incontrolable y provocar obesidad de larga data.
8. Desequilibrio mental: cuando estos patógenos invaden el cuerpo pueden afectar los procesos mentales, así como el funcionamiento del sistema nervioso. Señales de que esto puede estar pasando son ansiedad y estrés, cambios de humor, depresión o pérdida de memoria.
9. Problemas reproductivos: a menudo son los responsables de problemas como síndrome premenstrual, irregularidades con el periodo menstrual, problemas de próstata, quistes, miomas, retención de líquidos o infecciones recurrentes en el tracto urinario