Barrenderos y panaderos, los otros héroes anónimos de la cuarentena
Barrenderos y panaderos salen cada mañana para seguir prestando servicios esenciales
Mientras los sanitarios siguen luchando en primera línea del frente de batalla, las fuerzas de seguridad y los militarse se encargan de que se cumplan las medidas del estado de alarma y el resto del país se queda en casa, existe una pequeña minoría que siguen trabajando cada día por todos nosotros y dando la cara. Ejemplo de ello son los barrenderos y panaderos.
Cada día, una legión de limpiadores recorre las calles de todas las ciudades y pueblos del país. Algunos reciben aplausos desde las ventanas y otros reconocen que su labor, aunque siempre necesaria, está recibiendo mas elogios estos días. Un trabajo en el que desinfectan calles, contenedores de basuras y zonas comunes en las que el contagio es más frecuente.
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Espacios que se siguen compartiendo como el de la cola de la panadería. El pan sigue siendo un producto diario que se debe ir a comprar. Aunque algunas empresas ya lo reparten a domicilio, poniendo ese grano de arena que ayuda sobre todo a las personas mayores que están en un riesgo mayor. Ellas reciben cada día su pan en el rellano, sin tener contacto con el repartidor.
Algunas panaderías están recortando su horario por protección, pero todas las mañanas siguen abiertas al pie del cañón. Se convierten en lugares de encuentro común para vecinos y amigos que no se veían desde hace tiempo, aunque eso sí, manteniendo siempre la distancia.