Para mostrarles la cantidad de gente que había anoche en Pamplona una chica graba cómo sortea centenares de personas para llegar a su casa. Grupos y más grupos de chavales en el suelo, sin mascarilla, ni distancia, todo obstáculos y difícil levantar a todas las personas que se agolpan en el escalón de la puerta que da acceso a su casa. Otra vecina nos manda desde su balcón la misma calle, pero con una mejor perspectiva de la misma. Apreciamos como esos jóvenes abarrotan la calle. El sonido, de la nueva banda sonora pamplonesa durante los jueves, es insoportable.
“El plan para esta noche, beber mucho” nos dice un chico, “el mío emborracharme mucho” apunta otra y “Esto es todo muy ‘cobidfriendly’” comenta otra. El porqué de todo este desmadre nos lo explica una nocturna viandante: “porque Pamplona es de las pocas ciudades de España que ha empezado la Universidad y han venido todos y mucha juerga”.
Fiesta que acabó con cargas policiales, mobiliario urbano destrozado, ataque con piedras a los coches policiales y a la mañana siguiente, muchos negocios los encontraron saqueados. Un jueves de vandalismo, que se está convirtiendo en una peligrosa tradición en la ciudad.