La provincia más afectada por la nieve es la leonesa, aunque Cantabria también ha sufrido las consecuencias de Cecilia. La densa nevada apenas permitía ver la carretera A-67, que une la meseta y Cantabria, aunque no tuvo que ser cortada.
Burgos y la Cordillera Cantábrica de Palencia están en aviso amarillo por nieve, donde se pueden llegar a acumular 10 centímetros de espesor. En el norte de Palencia, doscientos estudiantes no han podido asistir a clase, y pueblos leoneses como Ferreras del Puerto han quedado incomunicados con más de un metro de nieve y soportando 7 grados bajo cero.
Cantabria continúa en alerta naranja por nevadas y temporal costero y en aviso amarillo por lluvias. Alcanzará espesores de hasta 20 centímetros en 24 horas a partir de 800 metros, y las olas en la zona costera llegarán a los 8 metros. En la parte norte de la provincia, nueve tramos de carreteras tienen que ser recorridos con cadenas y uno se encuentra cerrado.
Precisamente el mal tiempo ha provocado esta mañana que la DGT pidiera precaución para circular por la A-67, a la altura de Arenas de Iguña, como consecuencia de una gran granizada. También ha alertado la Dirección General de Tráfico de que la nieve está condicionando la circulación en el tramo de la A-67 entre Mataporquera y Pesquera y el tramo de N-611 que une ambas localidades. En las carreteras secundarias, hay varias vías que requieren cadenas. Las máquinas quitanieves trabajan a destajo para recuperar la normalidad y mantener las carreteras abiertas.
Hay doce puertos de montaña cerrados al tráfico, dos de ellos en Cantabria: los puertos de Lunada y Estacas de Trueba. En el puerto de Piedrasluengas está prohibida la circulación a camiones y autobuses, y los coches deben transitar con cadenas o neumáticos de invierno.
Mucha precaución porque la Aemet ha emitido este jueves un aviso por riesgo de aludes en los Picos de Europa, que estará vigente desde las 00:00 de este viernes hasta el lunes.