Una pareja vegana de Florida (EEUU) ha sido acusada de asesinato por presuntamente dejar que su hijo de 18 meses muriera por inanición y alimentar a sus hermanos con una dieta basada únicamente en frutas y verduras crudas.
El pequeño pesaba solo siete kilos en el momento de su muerte y padecía microesteatosis del hígado e hinchazón de las manos y pies, síntomas obvios de desnutrición. Los otros tres hijos, de 3, 5 y 11 años, también presentaban una palidez extrema y un peso por debajo de lo normal. Uno de ellos tenía los dientes ennegrecidos a causa de la caries dental.
Los padres, Ryan O'Leary, de 30 años, y Sheila O'Leary, de 35, han sido acusados por cargos de asesinato en primer grado, abuso infantil agravado, homicidio agravado y dos cargos de negligencia infantil. Cuando fue interrogada por la policía, la madre explico que su hijo menor no había comido nada más que leche materna en la semana previa a su muerte. Pensaba que no tenía apetito porque le estaban saliendo los dientes.
En la mañana de su muerte, el pequeño comenzó a experimentar problemas respiratorios tras ser amamantado. La madre reconoce que debió haber buscado ayuda, pero que tanto ella como su esposo se quedaron dormidos. Al parecer, nunca llevaron al médico al bebé.
Los niños de los O'Leary se alimentaban principalmente de mangos, plátanos, aguacates y rambutanes, y apenas salían del hogar, salvo la hija mayor, fruto de una relación anterior, que visitaba a su padre biológico en Virginia cada dos meses, lo que podría explicar que tuviera mejor aspecto que sus demacrados hermanos.
La defensa de la pareja alegó que el pequeño fallecido había estado enfermo durante seis meses antes de su muerte. Además, rechazó las afirmaciones de que sus hijos estuvieran desnutridos, argumentando que siempre fueron pequeños pero estaban "perfectamente saludables".