Continúa la búsqueda del padre sospechoso de matar a su hijo de dos años en un hotel de Barcelona. Los investigadores no descartan todavía que Martín Ezequiel intentase acabar con su vida, pero después de tres días rastreando Montjuic, los Mossos sospechan ahora que pudo haber continuado su fuga. Tienen cada vez más claro que el parricida huyó con documentación, y eso ha hecho que se intensifique la búsqueda en las últimas horas.
Uno de los puntos analizados es la estación de Sants, un lugar que Martín conoce bien porque es en este barrio donde vivía con su pareja. Por eso, se le busca también por estas calles e incluso en las inmediaciones de su domicilio, y es que tras tres días de búsqueda en Muntjuic sin dar con él los investigadores creen con mas vehemencia que la hipótesis es que sigue vivo y ha huido: saben que lleva encima dinero y también su pasaporte, por eso el aeropuerto del Prat es otro de los puntos en que también se le está buscando.
Mientras, la policía, que difundió su fotografía, continúa pidiendo la colaboración ciudadana para localizarlo.
Así, con el paso de las horas, el dispositivo de búsqueda se intensifica y se extiende por toda Barcelona. Aunque la huida parecía poco o mal planificada, Martín pidió dinero en efectivo antes del crimen y apagó poco después su teléfono móvil para no ser rastreado, además de llevar el pasaporte en vigor. Son acciones que pueden indicar que actuó con premeditación y no presa de un momento de ofuscación.
En la zona donde vivía la pareja con su hijo, los vecinos explican que las autoridades “están vigilando el edificio”, al tiempo en que se deshacen en elogios hacia la progenitora: “Una madre perfecta”.
Intentando ayudar, en redes hay quien ha difundido un fotomontaje con los posibles cambios de apariencia que podría haber pretendido el presunto parricida para pasar desapercibido: a cara descubierta, con mascarilla y gafas de diferentes formas y estilos… Cualquier ayuda es bienvenida para dar con su paradero.
El barrio entero sigue pendiente de una búsqueda que, por el momento, no arroja resultados.
“Aquí te dejo lo que te mereces”, ese fue el último mensaje que recibió la madre del pequeño de dos años por parte del presunto parricida. Al recibirlo, desesperada, salió corriendo hasta el hotel donde debía estar su hijo, y rogó entrar en la habitación, pero no le permitieron la entrada. Sin poder contener los nervios, contó en la recepción lo que sucedía.
Cuando llegó la Guardia Urbana pasaban las diez de la noche del martes y, al subir a la habitación, como nadie contestaba, abrieron la puerta. A simple vista parecía vacía, pero al pequeño, de casi tres años, se lo encontraron debajo del a cama. Intentaron reanimarlo, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Presuntamente, su padre lo mató ahogándolo con la almohada. Esa misma tarde, algunos testigos habían coincidido con padre e hijo en la piscina.
“El niño estaba feliz. En ningún momento podía suponer que fuera a pasar eso”, cuenta una testigo, sin embargo le extrañó que le grabase tantos vídeos: “Le decía: ‘dile a mamá que estás bien’. Después, salió a dar un paseo, pero a la vuelta se encontró con el dispositivo policial en el hotel.
La pareja se había separado hacía pocos días. El presunto parricida envió varios mensajes amenazantes antes de su huida; todo para, con una crueldad extrema, causarla el mayor daño.