El avistamiento de estos osos de procedencia eslovena denota el bienestar de estos mamíferos y la prueba de que la protección de su ecosistema está funcionando.
Precisamente los osos se han convertido en la pesadilla de los ganaderos navarros. Dos ejemplares eslovenos fueron liberados en los Pirineos hace medio año y uno de ellos ya ha atacado a varias ovejas de la zona. Ahora, las comunidades pirenaicas tratan de buscar una solución con el país vecino, con Francia.
Uno de estos dos ejemplares, Claverina, no ha sido vista desde entonces aunque sabemos de ella por el rastro de muerte que ha dejado. Con un enorme apetito cruzó los Pirineos y al llegar a Navarra, donde las ovejas campan a sus anchas, se le fueron las garras.
Una indignación que ha obligado a los ganaderos a aumentar la seguridad: cercados electrificados, perros mastines o pastores de apoyo.
Junto a la temible Claverina también soltaron a la pacífica Sorita. A la que le va más la bellota española. Con ambos ejemplares eslovenos se quiere repoblar el Pirineo Atlántico.