La Guardia Civil se llevaba a primera hora el vehículo de Oscar, la última persona que estuvo con Esther López y el único de los amigos que siguen investigado. Es la segunda vez que se lo llevan. En la primera inspección hubo un hallazgo importante que ha motivado el nuevo registro. En el maletero de ese coche hay ADN de Esther, pero no han podido explicar si es sangre o qué tipo de resto biológico. La jueza ha autorizado que se vuelva a inspeccionar el coche; esta vez buscan en el exterior, en los bajos del coche por ejemplo restos de la ropa de Esther y su propio ADN.
Para eso está el Equipo Central de Inspecciones oculares y los perros de la Guardia Civil. También hay peritos de la marca que están revisando si el coche ha sufrido modificaciones, cambios de piezas de chapa. Todo para resolver si este es el vehículo que pudo atropellar a Esther.
Oscar se ha presentado voluntariamente en la Comandancia de la Guardia Civil donde inspeccionan su vehículo. Sería la cuarta declaración. En las otras tres, como testigo y como investigado, dijo que tras una noche de fiesta, dejó a Esther en el cruce del restaurante La Maña después de una discusión.
El cuerpo fue encontrado veinte días después a 200 metros en la carretera que va de ese cruce al pueblo de Traspinedo. Los investigadores se debaten entre dos teorías; que fuera atropellada en una curva cercana a la zanja donde se halló el cadáver, o que fuera atropellada en un punto más alejado y luego trasladado el cuerpo. En esas dos hipótesis encaja el amigo de Esther, pero no saben si pudo haber un atropello durante la discusión o si después de discutir, arrepentido, intentara recogerla y se produjera un atropello no intencionado. Y también encaja su vehículo, un Volkswagen T-Roc, un coche alto, cuatro por cuatro, compatible con el que tuvo que golpear a la joven en la cadera, el traumatismo más severo que tiene.
La autopsia confirmó que Esther López tenía una cadera rota y un latigazo cervical Además de otros traumatismos y rotura del bazo. Esas lesiones apoyan la tesis del atropello e hizo que la Guardia Civil buscara vehículos tipo todoterreno que pudieron atropellar a la joven en la madrugada de su desaparición. La causa de la muerte de Esther no fueron los traumatismos, ni la hemorragia interna que le provocó un shock hipovolémico. Fuero las horas a la intemperie con esa hemorragia lenta lo que provocaron la muerte de la joven. Y sobre todo la falta de asistencia tras el suceso. Quién atropelló a Esther intencionadamente o no, la dejó morir.
Los investigadores del ERAT, Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, no encontraron marcas de neumáticos en la carretera. Hicieron estudio de velocidad y proyección que pueda llevarles al modelo de vehículo. A partir de las lesiones de Esther buscaron la x de la ecuación, que sería el coche. Determinaron la potencia que debería tener el vehículo, la altura, y cómo saldría despedido el cuerpo de la joven. También analizaron si podía caer en la cuneta tal y cómo lo hallaron. La conclusión es que pudo ser movido posteriormente. Eso explicaría el ADN de Esther en el maletero del vehículo analizado ahora por segunda vez.