Óscar S., uno de los tres investigados por su supuesta vinculación con la desaparición y muerte de Esther López, de 35 años, está llamado a declarar el lunes 25 de abril ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 5 de Valladolid, que se ocupa de las diligencias del caso.
La madrugada del jueves 13 de enero Esther fue vista viva por última vez, y el sábado 5 de febrero un senderista encontró el cadáver en una cuneta de Traspinedo (Valladolid), localidad donde residía la víctima. En esa población, de unos mil habitantes, Esther López salió con unos amigos la tarde del 12 de enero y estuvo viendo un partido de fútbol en un bar del pueblo.
Uno de los amigos, Óscar S., declaró que la dejó en un cruce de la carretera de madrugada, cerca de la urbanización El Romeral de Traspinedo, donde se le perdió la pista hasta el hallazgo de su cadáver; este hombre, precisamente, es el que está llamado a declarar este lunes ante el juez en calidad de investigado.
En situación de investigados también se encuentran otros dos amigos de la mujer, Carolo y Ramón G., el único que hasta ahora ha sido arrestado por su supuesta implicación en los hechos y posteriormente puesto en libertad con medidas cautelares.
A Ramón G., la titular del juzgado le levantó la prohibición de salir de España que le había impuesto y estableció la devolución de su pasaporte a través de un auto el pasado 22 de abril.
Óscar S. ha sido llamado a declarar después de que la Guardia Civil haya inspeccionado durante cuatro días su vivienda y haya registrado y tomado muestras de su coche, un Volkswagen T-Roc de color gris.
La juez ha levantado parcialmente el secreto de sumario, en el que se encuentra el informe de autopsia forense, que concluye que la muerte de Esther fue de etiología accidental u homicida por el atropello de un vehículo a velocidad media-baja y la causa inmediata del fallecimiento fue un "shock" multifactorial. un "shock" multifactorial.
Los forenses sitúan la data de la muerte durante la madrugada-mañana del 13 de enero y no descartan la posibilidad de que el lugar del atropello fuera distinto al lugar en el que fue hallado el cuerpo ni que, en el supuesto de que el cadáver hubiera sido movido, se hubiera hecho durante las primeras horas después del fallecimiento. Consideran que las lesiones se produjeron en vida y "hubo supervivencia desde la producción de las mismas y el fallecimiento".
La investigación continúa abierta, y las averiguaciones de los agentes del instituto armado, junto al informe forense, aportarán información para tratar de dilucidar la manera en la que Esther perdió la vida y si hay alguna persona que pueda tener responsabilidad vinculada con el fallecimiento.