Cuando cierran las pistas empieza su trabajo, acompañamos a los trabajadores encargados de ‘pisar’ la nieve de la pistas de Sierra Nevada. Un ejército de orugas, que así se llaman estas máquinas sale cada tarde a hacer un trabajo del que se habla poco. Recorren 110 km de pistas, el dominio esquiable de la estación, para dejarlo todo perfecto para la mañana siguiente.
Las Orugas tienen que subir pos desniveles muy altos. “Si no tuviéramos este tipo de máquinas sería un peligro, porque con la cantidad de hielo que tenemos en estos momentos”, afirma uno de los operarios.
Tanto desnivel, que en pistas rojas y negras, las más complicadas, tienen que engancharse a un cable para evitar accidentes. Un trabajo duro a veces bajo condiciones de ventisca, bajo cero y sin visibilidad.
Trabajan toda la noche para buscar las mejores condiciones posibles para los esquiadores. Trabajo con premio cunado hace un día claro. Este espectacular atardecer en las montañas blancas de Sierra Nevada.