No es algo exclusivo de España. En la mayoría de países de la OCDE, se observa la persistencia de un sesgo de género en los ámbitos de estudio, pero en España tan solo un 8% de mujeres se encuentran entre los graduados en programas de formación profesional de educación secundaria superior en ingeniería, producción industrial y construcción (la media de la OCDE es del 11%), mientras que ellas representan en España el 77% de los graduados en educación secundaria en salud y servicios
sociales, una cifra que coincide con la media de la OCDE. Y eso tiene efectos en la ocupación laboral.
Sin embargo, la presencia de las mujeres es igualitaria en los programas de formación profesional de educación secundaria superior y representan el 50% de los graduados, comparado con la media del 46% en los países de la OCDE. Las mujeres están ligeramente sobrerrepresentadas entre los graduados de los programas generales de educación secundaria superior, con un 55% en España frente al promedio del 54% de los países de la OCDE.
La brecha de género salarial se reduce en los niveles educativos más altos. Mientras que en 2016 a las mujeres de 25 a 64 años de edad con un nivel educativo inferior al de secundaria superior se les pagó un promedio del 78% de los ingresos de los hombres (similar a la media de la OCDE), la cifra fue del 81% para las mujeres con educación terciaria (la media de la OCDE es de un 74%). La brecha de género salarial en España entre las personas con educación terciaria continúa siendo la sexta más baja entre los países de la OCDE y países asociados, pero ha sufrido un ligero empeoramiento desde 2005, cuando las mujeres ganaban el 83% de los ingresos de los hombres, una tendencia prácticamente única entre los países de la OCDE.
En 2016 las tasas de ingreso por primera vez en educación terciaria para los menores de 25 años en España
fueron más altas para las mujeres que para los hombres: el 71% para las mujeres frente al 58% de los hombres cuando la media de la OCDE es de un 62% y un 49%, respectivamente). Entre 2007 y 2017 la tasa de empleo de los hombres y mujeres jóvenes con educación terciaria disminuyó tanto en España como por término medio entre los países de la OCDE, pero menos que para aquellos con niveles educativos inferiores. En España las tasas de empleo disminuyeron en 10 puntos porcentuales para los hombres jóvenes y en seis puntos porcentuales para las mujeres jóvenes, mientras que la caída entre los países de la OCDE fue de 2 puntos porcentuales y 1 punto porcentual, respectivamente.
La trampa generacional sigue viva
El nivel de instrucción alcanzado por los padres influye de forma determinante en el nivel educativo de sus hijos. De hecho, el 55% de los adultos cuyos padres no tenían una titulación de enseñanza secundaria superior tampoco alcanzaron un nivel educativo superior. Es probable que la existencia de dicha “trampa” intergeneracional conlleve altos niveles de desigualdad de ingresos dentro del país. Por otra parte, el 24% de los hijos de padres con un nivel formativo inferior a la educación secundaria superior obtuvieron una titulación terciaria (cuando la media de la OCDE es del 21%). En España el 34% de la población adulta joven de 25 a 34 años de edad no ha alcanzado el nivel de educación secundaria superior, comparado con la media del 15% de la OCDE.
Líderes en educación infantil
España encabeza las tasas de matriculación en el ámbito educativo de la primera infancia: el 96% de los niños de 3 años están escolarizados comparado con la media del 76% en los países de la OCDE. el 35% de los niños menores de 3 años y el 98% de los niños de 5 años. España también muestra un alto nivel de igualdad interregional al no registrar prácticamente ninguna variación entre regiones en las tasas de matriculación de niños de 3 años.
Menos gasto en educación
Según el informe de la OCDE, el gasto español en educación es del 4% respecto a su Producto Interior Bruto (PIB) mientras la media de la UE se sitúa en el 4,2% y la media de los países de la OCDE en el 4,5%. Además, el gasto por alumno en España se ha reducido entre los años 2010 y 2015 un 11% en educación primaria y secundaria, y un 13% en educación superior.
El gasto público de España por niveles educativos en inferior a los promedios de la OCDE y de los 23 países de la UE tanto en los niveles de primaria y secundaria, que no alcanza el 2,7% mientras en la OCDE asciende al 3% y en la UE al 3,2%, como en la educación superior, que en España es del 0,8% del PIB, mientras la media de la OCDE y de la UE es del 1%.
El descenso del gasto educativo en España entre los años 2010 y 2015 coincidió además con un aumento del número de estudiantes en todos los niveles de enseñanza, según el informe de la OCDE. En 2015, el gasto por estudiante de educación primaria y secundaria en España era del 89% de lo que se destinaba cinco años antes, mientras ese gasto por alumno aumentó, durante el mismo periodo, un 5% en los países de la OCDE.
En las enseñanzas superiores, el gasto español por estudiante en 2015 era el 87% de lo que se gastaba en 2015. En ese mismo lustro, la media de gasto por alumno en los países de la OCDE aumentó un 12%.
Las tasas no son tan altas, pero las becas son bajas
Los alumnos de educación terciaria en España pagan unas tasas académicas relativamente bajas (1. 554 euros de media) para una titulación de grado en instituciones públicas, pero solo la mitad de los estudiantes reciben becas o ayudas: el 47% de los estudiantes en este nivel educativo se beneficia de ellas. Sin embargo, el 27% de los mismos reciben becas o ayudas por un importe superior a las tasas académicas.
Más repetidores en secundaria que nadie
España ostenta la cifra más alta de alumnos repetidores en programas generales de educación secundaria inferior de todos los países de la OCDE, con un 11%, frente a la media del 2% de los países de la OCDE. La mayoría de ellos (60%) son chicos. Una proporción tan alta de alumnos repetidores implica unos costes considerables.
Estudiar sí renta, pero menos que en la media de la OCDE
En España las oportunidades de empleo aumentan con el nivel educativo alcanzado. Aunque la tasa de empleo de los adultos con educación terciaria es inferior a la media de la OCDE (77% frente al 84%), continúa siendo notablemente superior que la tasa de empleo de aquellos que no han obtenido una titulación de educación secundaria superior (61%). Entre 2007 y 2017 las tasas de empleo descendieron para todos los adultos españoles en edad de trabajar, pero menos para aquellos con educación superior: la disminución fue de 13 puntos porcentuales para aquellos que no habían alcanzado el nivel de secundaria superior, 10 puntos porcentuales para aquellos con educación secundaria superior y 8 puntos porcentuales para las personas con educación terciaria.
A la cabeza en ninis
En 2017, el 20,9% de españoles de 18 a 24 años no tenía empleo, no estudiaba o no recibía formación frente a la media del 14,5% de la OCDE. Además, en España, al igual que en Grecia y Portugal, menos de la mitad de jóvenes son inactivos, tanto mujeres (41%) como hombres (31%).