Cada vez más países, también la Unión Europea, empresas y organizaciones ponen en marcha más iniciativas para acabar con los plásticos, sobre todo aquellos que invaden nuestros océanos. Las bolsas de plásticos, las pajitas o, por ejemplo, los bastoncillos de los oídos… tienen los días contados. Los plásticos tardan miles de años en descomponerse y los que lo hacen más rápidamente se transforman en ‘microplásticos’ que, aunque invisibles, siguen siendo una amenaza para nuestro planeta.
Los plásticos que más se acumulan en los océanos son los envases de los alimentos, seguidos de los tapones de las botellas, las botellas, las bolsas de plástico y las pajitas… Así una interminable lista en la que hay desde colillas de cigarrillos hasta pañales. Son datos recogido en las "Mejores Alternativas Ahora 2.0" elaborada para EEUU pero que se pueden extrapolar a cualquier otra sociedad desarrollada.
En España, Greenpeace tiene en marcha la campaña ‘Desnuda la fruta’ para pedir a los supermercados que eliminen los plásticos de los envases de sus productos. Según esta ONG los envoltorios y envases de alimentos son también la principal fuente de contaminación de plásticos -visibles- de nuestros mares y océanos.
Algunos materiales plásticos tardan siglos en descomponerse. Otros aunque se desintegran más rápido pasan a formar parte una nube de microplásticos, que casi invisibles, siguen siendo una amenaza para la vida porque se introducen en la cadena alimentaria. La ‘Isla de basura’ del Pacífico ocupa ya un área mayor que Francia y está constituida casi toda por estos microplásticos.
El informe B. A. N. 2.0 incluye un estudio de la velocidad de degradación de diferentes polímeros. Algunos que se definen como "100% biodegradables en cinco meses" después de 24 meses en el mar siguen íntegros.
La basura que generan los consumidores es la principal fuente de contaminación por plásticos de los océanos. Un 80% de la basura plástica de los mares proviene de la tierra, según recoge Euronews.
El resto proviene de la actividad pesquera, la industrial y a los plásticos, sobre todo microplásticos, caen por los desagües, sin que seamos conscientes de ellos como los contenidos de algunas cremas cosméticas.