Un nuevo estudio realizado por la Escuela de Graduados de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh y el Centro de Cáncer UPMC Hillman de Estados Unidos ha concluido que los niños nacidos de madres obesas tienen más probabilidades de desarrollar cáncer infantil.
En el estudio, publicado en el American Journal of Epidemoloy, analizan dos millones de registros de nacimientos en Pensilvania entre los años 2003 y 2016. En ellos, los investigadores encontraron una correlación entre el índice de masa corporal de las madres antes del embarazo y el diagnóstico de cáncer posterior en sus hijos.
Los resultados del estudio son claros: los niños nacidos de madres con obesidad severa tienen un 57% más de riesgo de sufrir leucemia. Esto se debe, según creen los investigadores, a los niveles de insulina en el cuerpo de la madre durante el desarrollo fetal o a los cambio en la expresión del ADN de la madre, que se transmiten a su descendencia.
“Es importante destacar que no todos los niveles de obesidad conllevan el mismo riesgo. Entre las mujeres obesas en el estudio, un IMC más alto vino con tasas más altas de cáncer en sus hijos. Por lo tanto, incluso pequeñas cantidades de pérdida de peso pueden traducirse en una reducción real del riesgo”, ha explicado la autora principal del estudio, Shaina Stacy.
“En este momento, desconocemos muchos factores de riesgo evitables para el cáncer infantil. Mi esperanza es que este estudio pueda, de alguna manera, potenciar y también motivar la pérdida de peso”, ha afirmado.