De la "ley Wert" a la "ley Celaá": los cambios que se prevén en la educación española

  • Cambios: quitar peso a de Religión y la "demanda social" de red concertada

El proyecto de ley educativa con el que la ministra de Educación, Isabel Celaá, quiere derogar la Lomce, vuelve a ser aprobado mañana en un Consejo de Ministros, al igual que pasó en febrero pasado, pero esta vez tendrá luz verde para su debate en el Congreso.

Entre los principales cambios que el Proyecto de Ley Orgánica de modificación de la LOE (Lomloe) o "ley Celaá" propone para sustituir a la Ley orgánica para la Mejora de la calidad educativa (Lomce) o "ley Wert" se encuentra el quitar peso a la clase de Religión, cuya nota no contará para conseguir becas ni tendrá una asignatura "espejo", y eliminar el concepto "demanda social" para crear plazas en centros concertados.

Además, la Lomloe quiere buscar "la cohesión social y la igualdad de oportunidades" y propone en su proyecto de ley -publicado el 22 de febrero de 2019 en el Boletín Oficial de las Cortes Generales- que las comunidades autónomas "velarán por evitar la segregación del alumnado por razones socioeconómicas o de otra naturaleza".

Para ello, las administraciones establecerán "una proporción equilibrada del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo que deba ser escolarizado en cada uno de los centros públicos y privados concertados". Estos son algunos de los principales puntos que propone la "ley Celaá" en las diferentes etapas educativas:

EDUCACIÓN INFANTIL

- El primer ciclo de 0 a 3 años tendrá carácter educativo con requisitos mínimos y una propuesta pedagógica.

- Esta etapa estará orientada a compensar los efectos de las desigualdades de origen cultural, social y económico en el aprendizaje infantil

- Impulso a la detección precoz y atención temprana de dificultades.

EDUCACIÓN PRIMARIA

- Se recupera la organización de esta etapa en tres ciclos (dos cursos cada uno).

- Educación en Valores éticos y cívicos en el tercer ciclo.

- Asignatura de Religión de oferta obligatoria pero voluntaria y sin asignatura espejo.

- Autonomía de los centros para flexibilizar las áreas, metodologías, espacios y tiempos.

- Inclusión educativa, atención personalizada y prevención de las dificultades de aprendizaje.

- Medidas preventivas y limitadoras para reducir la repetición de curso.

- Informes a la familia: de refuerzo en cada ciclo y al finalizar etapa.

EDUCACIÓN SECUNDARIA (ESO)

- Asignatura de Religión de oferta obligatoria pero voluntaria y sin asignatura espejo.

- Se eliminan los itinerarios, la jerarquía entre materias y las reválidas.

- Autonomía de los centros para agrupar materias por ámbitos interdisciplinares.

- Educación en Valores cívicos y éticos.

- Se limita la repetición, que pasa a ser un recurso excepcional.

- Se refuerza el acompañamiento para una transición exitosa entre Primaria y la ESO.

- Refuerzo de la orientación con carácter de género.

BACHILLERATO

- Las administraciones educativas regularán las condiciones para un Bachillerato progresivo en tres cursos.

- Excepcionalmente se puede obtener el título de Bachillerato por compensación en caso de superar todas las materias salvo una.

- Se eliminan las reválidas y se recupera la anterior Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) o Selectividad.

- Se garantizará una oferta de materias mínima y común en todos los centros.

- Refuerzo de la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

- Evaluación continua y diferenciada según las materias y necesidades de apoyo educativo de los alumnos.

- Se facilita el acceso a Bachillerato del alumnado de las enseñanzas de régimen especial.

FORMACIÓN PROFESIONAL (FP)

- Mayor flexibilidad en el acceso a la FP: se eliminan requisitos de edad y se permite el acceso desde enseñanza de régimen especial.

- Facilitar cursar FP de forma compatible con la actividad laboral.

- Programas de "segunda oportunidad" de carácter profesional para quienes abandonen la ESO sin título.

- Refuerzo de la orientación profesional introduciendo la perspectiva de género.

- Impulso a la acreditación de la experiencia laboral y a pruebas de acceso con formato más flexible y frecuente.

- Creación de una red de centros para la transferencia de innovación y experiencias de éxito en FP.