Una joven de Granada ha estado a punto de suspender por tercera vez su boda. Las dos primeras fue como consecuencia de la pandemia de coronavirus pero en esta tercera ocasión, ha sido un descuido el que ha estado a punto de dar al traste con la ceremonia.
Eva, que así se llama la novia, estaba desayunando en la terraza de una cafetería cuando los pendientes que iba a llevar a su boda se cayeron al suelo con tan mala suerte que lo que había debajo e la mesa es la rejilla de una alcantarilla.
La mala suerte de la novia activó un movimiento de solidaridad entre policías, bomberos y obreros para iniciar una operación de rescate de la preciada joya. Hasta diez personas trabajaron para intentar recuperar los pendientes de la alcantarilla.
A pesar de los primeros intentos de los agentes, el recurso a los bomberos fue obligatorio pero tampoco estos pudieron acceder hasta el fondo del registro. La solución vino de la mano de un grupo de obreros que trabajaban en una obra cercana que con herramientas y conocimientos pudieron por fin acceder a la joya y entregársela a la futura novia tras diez horas de esfuerzos.