Noelia es víctima de violencia de género y pide ayuda ante nuestras cámaras porque tiene miedo. Su expareja, condenado por maltrato, sale hoy de la prisión donde cumple su pena. Ella pudo salvarse tras recibir ocho puñaladas, una de ellas en la cabeza y ha rehecho su vida, pero tiene pánico y necesita protección.
Noelia, de 28 años, nos muestra las marcas que le dejó aquella noche. Su agresor aprovechó un día que estaban durmiendo. “No sé si por celos o porque y me pegó una paliza”, ha contado la joven.
Fue hace seis años. Tras la brutal paliza, su novio trató de asfixiarla. “Primero con las manos, luego con una almohada y como yo me resistía me apuñaló 8 veces”, ha narrado Noelia.
Le asestó varias de las puñaladas, muchas en fueron en la cabeza. “Las tijeras me entraron por aquí…”, cuenta la chica que explica que pudo salvarse fingiendo estar muerta. Las secuelas le provocaron la pérdida de audición dei oído izquierdo, secuelas neurológicos y miedo y fobias.
Noelia perdió la audición del odio izquierda y tiene problemas neurológicos pero para ella lo que más pesa es el daño psicológico. “Es un trauma de por vida, fobias, miedo…”, señala.
Hoy, tras seis años en la cárcel, su agresor volverá a pisar la calle para disfrutar de su primer permiso. “El problema es que su casa está a 10 minutos de la mía”, dice Noelia, que se siente desamparada.
“Tengo 28 años y no me quiero morir, ni que nadie me mate”. Tiene una orden de alejamiento pero como ella recalca, “es un papel” con el que se no se siente protegida.