Un niño de 10 años sobrevivió a una masacre cometida en la casa de sus abuelos, en Wildermere (Florida) al esconderse en el cuarto de baño y llamar al 911, mientras que el agresor, Ezekiel Emanuel Hopkins, atacaba con un bate de béisbol a sus familiares, según informa 'People'.
El suceso tuvo lugar la noche de este jueves, cuando el sospechoso quiso robar el coche de la familia, aparcado fuera de casa, y los abuelos del menor, John y Lisa Savey, ambos de 61 años, intentaron detenerlo. Según la Policía, Hopkins mató con el bate al abuelo fuera de casa, luego entró y atacó a su mujer, Lisa -que resultó gravemente herida- y también mató a su hijo, James Savey, de 30 años.
Durante la agresión el niño, que resultó ileso, estaba escondido en uno de los baños de la casa y un operador del 911 lo mantenía al teléfono. Los oficiales del Departamento de Policía de Windermere, el Departamento de Policía de Ocoee, el Departamento de Policía de Oakland y los agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de Orange se trasladaron al lugar, donde los negociadores de rehenes comenzaron a comunicarse con Hopkins a través de una puerta cerrada antes de ingresar a la residencia.
Los agentes encontraron a Hopkins, que no respondía después de aparentemente haber bebido lejía, en otro baño. El sujeto fue arrestado y trasladado al Hospital Central de Salud. Ahora se enfrenta a dos cargos de asesinato y uno de agresión agravada. Tras una investigación adicional, la policía descubrió que Hopkins había conducido su automóvil a través de la puerta de la subdivisión y presuntamente lo estrelló contra algunos arbustos al lado de la casa.