Francisco Geovanny está acusado de matar a su pareja a puñaladas tras años de maltrato y dominación que ella dejó de denunciar por miedo. Sus hijas, que en ese momento solo tenían 8 y 10 años, presenciaron el asesinato.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 17 de septiembre de 2019, y es ahora cuando se somete a juicio al acusado, que tal y como informa EFE se escuda en sus problemas con el alcohol y dice no acordarse de haber cometido el crimen. Solo supone que lo hizo porque se lo dijo en su día ante la Policía y el juez.

De hecho, la defensa pide su absolución o, en su defecto, el eximente completo por consumo del alcohol y arrepentimiento, porque si bien el acusado dice no acordarse de haber matado a la víctima, si dice que está arrepentido: "El que debía estar muerto soy yo no ella; ella quería ayudarme" ha dicho al tribunal, al que ha asegurado que "ni con esta vida ni con mil vidas más repararía el daño" causado.

Francisco Geovanny ha explicado durante el juicio que mantenía desde hacía años una relación con la fallecida, Adalid, con la que tenía dos hijas, y ha señalado que dicha relación se deterioró y finalmente decidieron dejarlo porque él bebía y no era capaz de dejar de hacerlo.

Así, ha insistido en no recordar nada de lo que sucedió el 17 de septiembre de 2019, algo que sí han dejado claro sus hijas, quienes no han declarado en el juicio porque se han exhibido las declaraciones que hicieron ante el juzgado que investigó el caso, lo que se consideran prueba preconstituida para evitar, precisamente, que declaren delante del padre, y así protegerlas.

"Venía borracho, me pegaba con el cinturón en los brazos y las piernas, y a mamá la insultaba y le pegaba todos los días", diciéndole "te voy a matar cuando menos te los esperes", explicaba la hija mayor en el juzgado, añadiendo que pensaba que su padre "tenía planeado" el crimen porque un día antes tiró un papel que tenían en la puerta con los teléfonos de emergencias.

En sus declaraciones, recogidas por EFE, la menor relata cómo aquel 17 de septiembre de 2019 las dos hermanas vieron a su padre junto al portal, alertaron a su madre, –que venía del trabajo–, con un mensaje, y luego la oyeron gritar pidiéndoles ayuda, por lo que ella trató de abrir la puerta, pero no pudo porque "era muy difícil" y "no pudo llegar a tiempo" para salvarla.

Cuando lograron abrir y bajaron al portal vieron a su madre tendida en el suelo, con sangre. Él, han relatado, les dijo: “La he matado, ¿algún problema?” Subid arriba si no queréis que os pase lo mismo que a ella".

Asustada, en esas declaraciones la niña ruega que su padre pase toda la vida entre rejas: "Yo lo único que quiero es que mi padre se pase toda la vida en la cárcel, le tenemos miedo", afirma la mayor de las hermanas en un testimonio corroborado también por la pequeña, que ha contado que su padre sabe escalar y tiene miedo de que las encuentre.

En paralelo, una testigo del crimen ha explicado en el juicio que vio, a través del cristal del portal, cómo Francisco Geovanny mataba a una mujer y luego salía sangre por la puerta, sin que a ella le diera impresión de que estuviera borracho.

La Fiscalía pide para él 32 años y 9 meses de prisión por los presuntos delitos de asesinato, amenazas, violencia física o psíquica habitual y maltrato en el ámbito familiar, y la acusación particular que ejerce una letrada de la asociación de mujeres juristas Themis solicita una pena similar.