La Guardia Civil ya ha puesto más de 20 denuncias a otros tantos turistas que se saltan el perímetro seguridad que rodea al volcán de La Palma, sin actividad aparente desde hace ya dos meses.
Las laderas de Cumbre Vieja se han convertido en un atractivo turístico a pesar de los peligros que aún encierra la zona. El excesivo calor que aún mantiene la lava y las cenizas no es un obstáculo para que algunos abandonen los senderos establecidos y se adentren por zonas prohibidas.
Los agentes alertan sobre la peligrosidad de esta actividad que pone en riesgo la vida de los que adentran hasta llegar al mismísimo cráter del volcán.
Pero no solo el calor que hay debajo de la superficie, los turistas se adentran por zonas llenas de tubos lávicos en los que podrían caer a una profundidad de más de 40 metros.
Las sanciones pueden llegar hasta los 600.000 euros por lo que recomienzan a los que visitan estos días la zona afectada por el volcán de Cumbre Vieja que no se aparten los caminos establecidos para no poner en riesgo sus vidas y sus bolsillos.