Se acabó lo de enseñar el torso en Barcelona o Palma de Mallorca por mucho calor que haga. Los turistas y los locales tienen que convivir, por eso, las multas para este tipo de comportamiento pueden ascender hasta los 500 euros. También toca ser cívicos en la playa, donde algunos se levantan a “las siete de la mañana” para colocar su sombrilla y así reservarse un sitio en primera línea de playa. Algo que está totalmente prohibido y que puede ser sancionado con multas de hasta 750 euros.
Otro de los motivos de sanción es no hacer caso de la bandera roja ondeando, el baño está prohibido y la sanción puede llegar a los 450 euros. También hay multas por fumar en la playa, tirar colillas o acceder con perros donde encuentre los carteles con esas mismas prohibiciones.
Ni con chanclas, ni con pantalón corto ni con gorra se puede entrar en la Catedral de Sevilla. Una normativa demasiado estricta para algunos turistas que quieren visitar el templo y tienen que soportar, a la vez, temperaturas que rozan los cuarenta grados. Las temperaturas en la capital hispalense invitan a lucir una estética más propia de piscina que de misa. Sin embargo, la Institución recuerda que se debe guardar un mínimo de decoro. Las mujeres deberán tener los hombros cubiertos, no podrán llevar pantalones cortos, y los hombres no deberán lucir camisetas sin mangas. Gorras y sombreros también están prohibidos.