La Catedral de Sevilla endurece las normas de vestimenta en pleno verano. Las temperaturas en la capital hispalense invitan a lucir una estética más propia de piscina que de misa. Sin embargo, la Institución recuerda que se debe guardar un mínimo de decoro.
Los turistas no podrán entrar en el templo en chanclas. Las mujeres deberán tener los hombros cubiertos, no podrán llevar pantalones cortos, y los hombres no deberán lucir camisetas sin mangas. Gorras y sombreros también están prohibidos.
Todo surge por una nota del cabildo a principios de verano que recordaba que una buena estética favorece la cordialidad y la estética dentro del templo.