Mujeres científicas que han hecho historia.Telecinco.es
Poner en valor el papel de las mujeres en la ciencia es básico para derribar estereotipos de género
Proyectos como #NoMoreMatildas tratan de arrojar luz sobre perfiles de mujeres que han hecho historia, a través de material escolar y cuentos didácticos
Los referentes femeninos en el mundo de la ciencia y el conocimiento son vitales
Poner en valor el papel de las mujeres en la ciencia (y en cualquier otra área de conocimiento) se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una labor prioritaria para gobiernos e instituciones a lo largo y ancho del Planeta. Prueba de ello es el lanzamiento de campañas como #NoMoreMatildas, cuyo objetivo es poner el foco en un hecho histórico contrastado, irrefutable y alarmante: la acción sistemática de relegar a un segundo plano el rol de las mujeres en la consecución de grandes logros científicos a lo largo de la historia.
El ‘Efecto Matilda’ recibe su nombre en honor a Matilda Joslyn Gaga, la primera activista en denunciar la acción sistemática de ignorar los hallazgos de brillantes científicas a lo largo de la historia. Siguiendo su legado, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (Amit) (brillantemente asesorada en la construcción de su campaña) se ha propuesto arrojar luz y visibilizar las vidas de estas mujeres.
Lo hace de dos maneras: de un lado, facilitando material escolar gratuito en el que se relata la vida y hallazgos de distintas mujeres científicas y, de otro, ofreciendo cuentos descargables en los que se juega a imaginar cómo hubiera sido la vida de algunos de lo científicos más reconocidos de nuestra historia en caso de haber sido mujeres.
En ambos casos, la meta es impactar en un público muy concreto: las niñas. Y ello tiene una clara razón de ser: los estereotipos de género se asientan “preocupantemente pronto”, tal y como recuerda la Asociación en la web de su campaña. Una investigación de las universidades de Nueva York, Illinois y Princeton, con el nombre 'Gender estereotipes about intelectual ability emerge early and influence children’s interests’ (“los estereotipos de género sobre capacidad intelectual surgen pronto y determinan los intereses de los niños”), demostró que, debido a sus roles sociales, las niñas se consideran menos brillantes que sus compañeros.
Los referentes femeninos en el mundo de la ciencia y el conocimiento pueden ayudar a cambiar esta tendencia, que solo puede encontrar apoyo en (erróneas) creencias culturales.
Estas son algunas de las mujeres científicas que han hecho historia, tal y como recuerda el material elaborado por #NoMoreMatildas, disponible para su descarga:
Barbara McClintock (1902-1992), bióloga, EEUU. Descubrió lo que en genética se conoce como los “genes saltarines”. Se trata de un fenómeno totalmente inesperado para los expertos porque ponía de manifiesto que los genes no siempre ocupan el mismo lugar en los cromosomas. Su hallazgo no fue aceptado por sus colegas y tuvo que abandonar esa línea de investigación. Veinte años después, se descubrió que estaba en lo cierto, pero el mérito (nada menos que un Nobel de Medicina) fue para sus colegas del sexo masculino.
Rosalind Franklin (1920-1958), química, Reino Unido. Obtuvo, con ayuda de rayos X, una imagen en la que se desvelaba, por primera vez, la estructura del ADN. Durante decenas de años, el mérito por este descubrimiento se lo llevaron únicamente su jefe y dos de sus compañeros de laboratorio, que recibieron un Nobel de Química tras el fallecimiento de Franklin. Al menos uno de ellos, James Watson, reconoció que ésta debió ser galardonada también, algo imposible dado que las normas del premio impedían conceder el galardón a título póstumo.
Henrietta Swan Leavitt (1868-1921), astrónoma, EEUU. Trabajó en el Observatorio de Harvard y observó durante años miles de placas de cristal que contenían imágenes del cielo procedentes de dos telescopios, calculando las distancias a la que estaban las estrellas a través de este material. Con su trabajo, ayudó a la catalogación de cada estrella conocida.
Inge Lehmann (1888-1993), geóloga y sismóloga, Dinamarca. Inge Lehmann descubrió en 1936 la discontinuidad que separa el núcleo externo del núcleo interno de la Tierra, algo clave porque, hasta entonces, se creía que nuestro planeta era hueco. Lehmann utilizó los terremotos para demostrar su teoría.
Mary Anning (1799-1846), paleontóloga, Reino Unido. Su estudio de fósiles la llevó a identificar el primer esqueleto de ictiosauro, un dinosaurio mitad pez mitad lagarto. Su trabajo fue esencial para entender la vida prehistórica, pero no fue reconocido hasta poco antes de su muerte.
Margarita Salas (1938-2019), bioquímica, España. Salas investigó durante casi toda su carrera un virus y descubrió una molécula de este virus que tiene muchas aplicaciones en medicina, biotecnología y hasta en criminología. Su hallazgo se aplica, entre otras cosas, en las PCR que permiten saber si alguien está infectado por el coronavirus.
Dorothy Crowfoot (1910-1994), química, Reino Unido. Con ayuda de los rayos X, descubrió la estructura de la penicilina en 1945. Gracias a ese logro, pudo fabricarse para toda la humanidad este importante medicamento, el primero que existió para combatir las infecciones. Gracias a ella ha sido posible salvar miles de vidas- Por si fuera poco, también descubrió las estructuras del colesterol y la insulina. Por estos descubrimientos recibió el premio Nobel de Química en 1964.
La documentación que ofrece #NoMoreMatildas habrá también de otros muchos perfiles, como el de Emmy Noether, Lose Meitner, Mary Leakey, Hildegarda de Bingen, MarienAnne Pierrette Paulze de Lavoisier, Marie Tharp, Hedy Lamarr, Ángela Ruiz Robles, Ada Lovelace, Grace Murray Hopper o Katherine Johnson.