La ciencia, la otra brecha de género: "Cuando digo que trabajo en un laboratorio de motores entran en shock"
Beatriz y Ana trabajan en un proyecto solo de mujeres, pero reconocen que es un oasis
Beatriz reconoce que ha trabajado rodeada de hombres y Ana que la sorpresa es mayúscula cuando dice a lo que se dedica
La chicas dicen tener más dificultades de los chicos para entender las matemáticas
Un 26,8% de las investigadoras en España asegura que la discriminación por razón de sexo es un obstáculo que ha incidido o incide en el avance de su carrera. Solo un 28% de mujeres trabaja en investigación. Ese porcentaje baja hasta el 15% si entramos en el mundo de las ingenierías. Como ya destacaba en 2019 el informe de la UNESCO “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM”, sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en educación superior son mujeres, y se han señalado diferencias en estas disciplinas.
Sólo el 3% de las estudiantes de educación superior, por ejemplo, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Estas disparidades de género son aún más alarmantes cuando se sabe que las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible. Esta realidad impacta cuando en otros ámbitos las mujeres ejercen cada vez más influencia.
MÁS
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 no olvidan esta situación, de hecho una de sus finalidades es "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos" y "lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas".
La chicas dicen tener más dificultades de los chicos para entender las matemáticas y resolver problemas que los chicos y también ellas, en mayor porcentaje, consideran que es importante estudiar algo que les permita estar en contacto con las personas y ayudarles a diario, y tengan, por lo tanto, un enfoque directamente social, por lo que rechazan las carreras STEM (científicas, técnicas, de ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Son algunas de las ideas clave que subraya el informe de DigitalES 'El desafío de las vocaciones STEM'.
Y esa percepción es un muro que hay que romper y las más interesadas son las empresas de estos sectores que anhelan también más presencia femenina. Empresas como Repsol quieren romperlo con algunas iniciativas para fomentar las carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) en las niñas y jóvenes.
Pero hay empresas que sí apuestan por las mujeres en estos ámbitos. Informativos Telecinco entra en un laboratorio puntero de I+D de Repsol donde un equipo liderado por mujeres trabaja con carburantes de alto rendimiento. Los testimonios de las mujeres que trabajan en él no dejan de sorprender en pleno siglo XXI pero reflejan muy bien la realidad del día a día. Beatriz Domínguez, ingeniera química aún recuerda que cuando empezó ella era la única mujer en todo el equipo formado por hombres. Una experiencia que va más allá aún cuenta Ana Nieto, ingeniera, que reconoce que cuando cuenta a la gente que trabaja en un laboratorio de motores la gente se queda en shock. Y reconoce que en el proyecto en el que ahora trabajan viven como una isla. Nieto cree que se está desperdiciando el talento femenino en estos sectores, su capacidad de meticulosidad.
Beatriz reconoce que ella sigue estudiando, porque hablamos de trabajos en los que la necesidad de conocimiento es continua, y apuesta por grupos mixtos. No es fácil porque los datos demuestran que las mujeres no apuestan por la ciencia. Beatriz lo atribuye también a una falta de referentes, tan necesarios para impulsar vocaciones aunque la suya fuera firme desde niña. Como ella reconoce, libro en mano, casi nunca se hace referencia a las mujeres científicas. Y tiene razón. El 92% de los científicos que aparecen en los libros de texto son hombres. Elena representa a esa nueva generación y reconoce que las chicas suelen apostar por magisterio. Maialen da en el clavo al decir que no hay carreras de chicos y de chicas, Solo queda que todos -y las chicas que hoy se plantean qué futuro quieren- tomen nota.