Un hombre de 86 años, identificado como David Venables, vecino de Kempsey, en el condado de Worcestershire, Inglaterra, es sospechoso de haber asesinado a su esposa, Brenda Venables, que desapareció en su casa hace 37 años, y ocultar su cadáver durante todo este tiempo en un búnker, según recoge MailOnline.
La policía registró la casa de David, un anciano granjero retirado, después de que los agentes descubrieran restos humanos de una mujer en un tanque séptico en su granja, fosa en la que se tratan las aguas residuales domésticas. Su mujer, Brenda, desapareció en 1982 a los 48 años cerca del lugar del hallazgo.
“Las circunstancias generales nos llevan a creer que los restos probablemente sean de la señora Venables”, señalan fuentes policiales. El 12 de julio agentes de la policía de West Mercia encontraron varios huesos y se procesó a una prueba de ADN de la que aún se desconocen los resultados.
Al lugar del suceso acudieron cinco coches de policía y un furgón. Se podían ver oficiales con guantes dentro de la propiedad que seguían indicaciones del presunto agresor, David, quien colaboró con los agentes, aunque la investigación continúa. El sospechoso se encuentra bajo custodia y pasará a disposición judicial.
Los vecinos de la localidad dicen que se descubrieron partes del cuerpo en una bolsa en un pozo. La policía ha desestimado las especulaciones de que los restos pudieran ser del agente inmobiliario Suzy Lamplugh, quien también desapareció en Pershore, cerca de la zona, cuatro años después en 1986.
“No hemos tenido novedades durante 37 años. Enterarse de todo esto de repente es muy difícil de procesar”, cuenta un pariente de la señora Venables. La cuenta bancaria de la víctima permaneció intacta y no hubo ningún avistamiento acerca de su desaparición. El Sr. Venables vendió la granja en la que trabajaba a un pariente por 467,000 libras hace cinco años y ahora vive a una milla de distancia.
“Cuando Brenda desapareció fue una noticia muy conocida aquí. La policía registró varias dependencias y desplegó perros rastreadores”, cuenta un vecino. “Hubo dudas de que la mujer pudiera haber terminado en el río Severn, que está a varios metros de su granja”, añade. El caso fue tratado entonces como una búsqueda de una persona desaparecida y se descartó convertirlo en una investigación de un posible asesinato. Una historia aterradora que ha conmocionado a la sociedad inglesa.