El crimen de María Isabel, la vendedora de la ONCE de Albacete, tiene todavía muchas incógnitas, como el móvil del principal sospechoso.
María Isabel era una persona muy conocida en Albacete; "Con todo el mundo se llevaba bien" destacan los vecinos.
El jueves 19, cuando desapareció, varios testigos la vieron con el sospechoso a mediodía: "Sé que el último día que la vieron de cañas con él"
A partir de las 5 de la tarde el datáfono con el que vendía los cupones y su móvil dejaron de funcionar. Algunos de los conocidos afirman que el acusado "era muy fanático de la lotería, y si algún día no tenía dinero, como esta mujer era tan confiada, le decía: pues luego me lo pagas."
Los vecinos dicen que él le debía dinero, e incluso los vieron discutir: "Porque tú me debes dinero, que yo no te debo dinero, y sí le debía dinero"
Dos días después, acudió al restaurante donde había trabajado anteriormente y entró a la cocina a hablar con su antigua jefa: "Gloria, te has enterado de que se ha perdido la chica esta. Digo, sí me he enterado, madre mía. Entonces él empezó a decir: a saber, lo que le habrá pasado si es que alguien la habrá cogido o se la habrán llevado, como tanta gente conocía", dando a entender que alguien la habría raptado para robarle.
"Y él con esa sangre fría que tenía sabiendo que ya la tenía en casa, según está diciendo”, algunos testigos le vieron comprar cemento junto a otro hombre.
Aunque continúa el secreto de sumario, todo apunta que el móvil podría ser económico.