Cataluña inició la reapertura de actividades la última semana de noviembre. Una carrera de fondo de cuatro tramos en la que, tras siquiera agotar las dos primeras semanas del primero, no seguirá avanzando: el Departament de Salut congela su desescalada y prolonga las actuales restricciones 15 días más.
El requisito para pasar de fase es claro: que la velocidad de reproducción (Rt) del virus no supere los 0,90 puntos y este jueves estaba a 0,92, por lo que la restauración no podrá ampliar su aforo en interiores y los centros comerciales seguirán sin abrir, mientras que la movilidad al exterior de los municipios continuará restringida. ¿Por qué se ha producido este paso atrás? ¿Está fallando algo en Cataluña?
El aumento de la probabilidad de transmisión entra dentro de lo previsto tras la reapertura de actividades, indica Clara Prats, física y experta en modelos matemáticos. No obstante, lo que no se esperaba la también investigadora del grupo BIOCOM-SC de la Universitat Politècnica de Catalunya ni la propia Generalitat era que este fuera tan brusco: "Ya esperábamos ver un aumento de la Rt, aunque eso sí, más suave".
La comunidad científica coincide en que hay que esperar hasta la semana que viene (algunos epidemiólogos, tras el puente de la Constitución) para interpretar correctamente el aumento de este indicador. Este, cuando está por debajo de 1, indica que la incidencia de la pandemia disminuye, mientras que si lo supera, el número de nuevos contagios aumenta, pero "es un dato que no tiene ningún valor de forma aislada, sino que hay que analizar su tendencia en un periodo de tiempo". Así lo indica Benito Almirante, Jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, que insiste en dejar pasar entre siete y diez días para saber en qué situación se encuentra la comunidad catalana: o la Rt se estabiliza o bien la curva sigue aumentando peligrosamente. Por el momento, "es una señal para estar alerta", valora Prats.
Lo más fácil es pensar que la vuelta limitada de la restauración, de los gimnasios y de la cultura sea la explicación más plausible al aumento de los indicadores. De hecho, "es la causa más probable, ya que han pasado entre siete y diez días desde el 23 de noviembre" en palabras de la investigadora, aunque otros expertos dudan de ello por el momento. "Me cuesta un poco de entender que pueda ser por la reapertura de actividades, porque se han abierto muy pocas, tan solo parte de la restauración al aire libre", valora Manel Cervantes, jefe de enfermedades infecciosas del Parc Taulí de Sabadell, que considera que la relajación de restricciones no ha sido suficiente para que se traduzcan en las actuales cifras y concluye: "No sabemos por qué es y es muy fácil pensar que es culpa de los bares, pero es pronto aún para extraer conclusiones". En este sentido, da más pistas: "¿Y si resulta que esta semana ha hecho más frío?".
La Generalitat evita referirse a esta como una desescalada ya que, tras el cuarto tramo de este plan de reapertura de actividades, prevé que haya restricciones aún vigentes y porque la capacidad de los hospitales sigue comprometida a diferencia de junio. Además, hay una diferencia determinante entre la de esta segunda ola y la de la primera que tanto Cervantes como Álex Arenas, investigador y desarrollador de modelos matemáticos, sospechan que el Govern no ha tenido suficiente en cuenta: el frío.
La actual desescalada catalana se está llevando a cabo con temperaturas que, precisamente, no invitan a trasladar las actividades al exterior, sino lo contrario, cosa que lleva al virus a duplicar su capacidad efectiva, según Arenas, que sostiene que "la probabilidad de que en los cinco días aproximadamente en los que eres infeccioso contagies a alguien era más baja en la primera desescalada". Por ello, "la respuesta a la reapertura se ha producido el doble de rápido" y ha sorprendido a la conselleria de Alba Vergés: "Han pensado hacer lo mismo, pero es matemáticamente imposible que el resultado también lo sea".
En ello coincide Almirante, que considera los interiores uno de los elementos más importantes a tener en cuenta, no solo en actividades sociales sino también en el entorno familiar ya que "estamos mucho más tiempo en casa". No obstante, el epidemiólogo del Vall d'Hebron insiste en que la reapertura de la restauración es la decisión de mayor riesgo a la par que delicada: "Si se abre, se tiene que hacer en las condiciones en las que se pueda utilizar, en verano podía ser solo en terrazas, pero ahora no es posible así que todo se reduce a preguntarse: ¿tiene que seguir abierta?". Una decisión que no es epidemiológica, sino política, concluye.
Los datos han encendido las alarmas en el Departament de Salut y en la comunidad epidemiológica, aunque por el momento descartan que la situación esté fuera de control. Mientras que para Arenas "no es que se esté descontrolando, sino que es muy difícil de controlar", para Almirante "es diferente a hace tres días, pero estamos muy lejos del descontrol de hace seis semanas". Él confía en que la prórroga de las actuales medidas que afectan a los aforos de la restauración, la cultura y el deporte, además de a la movilidad en fin de semana, den sus frutos.
"Si no se modifica la desescalada como se planea hasta el 21 de diciembre, todo hace pensar que estos valores se estabilizarán, no aumentarán de forma importante", insiste Almirante, que añade que "en Cataluña tenemos muchas restricciones". Algo que no comparte Arenas, firme defensor del teletrabajo generalizado y de estudiar a distancia, que lamenta que "lo que podemos conseguir con las actividades cerradas es estar por debajo de 0,90, mientras que con estas restricciones la semana que viene probablemente podemos superar el 1,0" e incluso llegue un "tsunami en vez de una tercera ola". Asimismo, Cervantes es partidario de tomar más medidas si los días confirman que no solo se trata de un parón en la caída de los indicadores, sino que la velocidad de transmisión de la covid-19 realmente aumenta; eso sí, descarta tomar esta decisión todavía.
Salut está practicando cribados masivos en algunas zonas del territorio catalán y, de hecho, la vuelta de algunos de ellos tras superar el pico de la curva de contagios y de hospitalizaciones también está detrás del aumento de la Rt, indica Prats. En este sentido, Arenas sostiene que este indicador ha disminuido las últimas semanas puesto que la conselleria no realizaba tantas PCR como lo hacía antes y seguía calculando dicho valor con los mismos parámetros, mientras que Cervantes evita sospechar ya que "si quisieran maquillar los datos, solo dejando de hacer estos cribados extra tendríamos menos casos".