El cuerpo del presunto parricida, Martín Ezequiel ha sido encontrado cerca del Aeropuerto de El Prat. El presunto parricida que mató a su hijo de dos años en un hotel de Barcelona a finales de agosto ha sido encontrado muerto por una patrulla policial. Los primeros indicios apuntan a que "el cadáver no es de hoy". El hallazgo de su pasaporte, una huida torpe y que el presunto parricida estuviese en tratamiento psiquiátrico siempre reforzaron la hipótesis de que Martín podría haber decidido quitarse la vida.
El juzgado de instrucción 1 de El Prat de Llobregat, en funciones de guardia, ha procedido esta tarde a realizar el levantamiento del cadáver que "ha sido plenamente identificado como el del hombre acusado de la muerte de su hijo en un hotel de Barcelona el pasado mes de agosto", según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La comitiva judicial, conformada por la juez de guardia, el letrado de la administración de justicia, la fiscal y el forense, se han desplazado al lugar donde se encontraba el cuerpo.
El hombre estaba desaparecido desde que el pasado mes de agosto fue hallado en la habitación de un hotel de la avenida del Paral·lel de Barcelona el cadáver de su hijo de dos años, al que presuntamente mató para vengarse de la madre.
Fuentes de la Policía Local han explicado a Efe que el cadáver ha sido hallado en una zona boscosa del barrio de Les Palmeres de El Prat de Llobregat, cerca del aeropuerto de Barcelona, y de hecho el terreno es titularidad de AENA. Precisamente, fue en las inmediaciones del aeropuerto de El Prat donde se perdió la pista de Martín Ezequiel, de 44 años de edad, después que este huyera del hotel saltando la valla de la piscina del establecimiento, tal como captaron las cámaras de seguridad tras, presuntamente, matar a su hijo de dos años.
Después de horas de infructuosa búsqueda, los Mossos publicitaron su foto en redes sociales junto a una detallada descripción física, pidiendo la colaboración ciudadana para poder localizarlo. Los forenses determinarán las causas de la muerte del presunto parricida quien, según los primeros indicios, se habría ahorcado de un árbol.
Las últimas informaciones de la Policía ya indicaban que el parricida de Barcelona podría estar muerto porque Martín Ezequiel Álvarez no estaba realizando "movimientos de vida" en referencia a posibles pagos con tarjetas, identificaciones en hoteles.
Martín Ezequiel Álvarez Giaccio estaba siendo buscado por ser el único sospechoso de matar a su hijo de 2 años en el hotel Concordia de Barcelona y dejar su cuerpo en el hotel. Pocas horas antes había llamado a su expareja y madre del pequeño advirtiéndole "que se iba a arrepentir" de haber dejado la relación.
Las cámaras del hotel del distrito de Sants-Montjuïc captaron el día del suceso cómo el padre huyó tras saltar la valla de la piscina del establecimiento. En el vídeo también se puede observar como poco antes de la huida, el padre del menor había abierto la puerta de la habitación que da al pasillo para supuestamente comprobar que no había nadie allí. Desde entonces, el hombre estaba en busca y captura y sobre el pesaba una orden de detención internacional
Los padres del niño asesinado llevaban solo ocho días separados, y él habría aparentado aceptar con normalidad la ruptura de la pareja, hasta que cuando acudió a pasear con el niño y se lo llevó a un hotel -- el mismo en el que había celebrado su boda -- y empezó a enviar mensajes amenazadores a su esposa antes de presuntamente ahogar al niño con una almohada con la intención de causar el mayor dañó posible a la madre.
El 25 de agosto la madre del pequeño recibió un mensaje del presunto parricida: "Aquí te dejo lo que te mereces". Al recibirlo, desesperada, salió corriendo hasta el hotel donde debía estar su hijo, el Hotel Concordia de Barcelona, en el distrito de Sants-Montuïc, en Barcelona y rogó entrar en la habitación 704 del séptimo piso, pero no le permitieron la entrada. Sin poder contener los nervios, contó en la recepción lo que sucedía.
El hallazgo del cuerpo del presunto parricidia ha originado comentarios de rabia y dolor entre los vecinos de la zona. Para algunos se ha tratado de una "pena natural" aunque han lamentado que se haya librado de ir a la cárcel.
Otros han expresado su convencimientos de que enfrentándose a la Justicia "no habría pagado por su crimen" y que ha sido "mejor encontrarlo muerto que pensar que estaba en Brasil".
Hay un sentimiento generalizado de que ha eludido la acción de la Justicia y que se trata de "un cobarde que ha hecho lo que hacen los cobardes".