Este martes está previsto que pase a disposición judicial el asesino confeso de una mujer en Salas de Infantes, en Burgos. Ha pasado la noche detenido, después de, según dijo, haber apuñalado a la víctima. Para esta tarde se ha convocado una concentración de condena por la que, de confirmarse, sería la víctima 28 de la violencia machista en lo que llevamos de año.
Monika solo tenía 28 años y era de origen búlgaro, llevaba en este pueblo de Burgos más de la mitad de su vida, una vida que compartía con su pareja, padre de sus dos hijas, y su asesino confeso.
Hace poco más de una semana la casa en la que vivían se incendió. Un fuego que ahora, después de su muerte, algunos piensan que podría haber sido intencionado.
Desde entonces vivían separados, pero coincidieron ayer por la mañana en la que había sido su casa. Él la atacó con un cuchillo. Le dio varias puñaladas y la arrojó por el balcón. Cuando llegaron las ambulancias ya era demasiado tarde: Monika estaba muerta, y él se había entregado a la Guardia Civil.
Sobre el hombre ya pesaban antecedentes por violencia machista: una denuncia de 2011 que se archivó porque ella no quiso seguir adelante con los trámites.