El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper, ha defendido haber esperado a que fuera de día para desalojar la 'rave' (Barcelona) --que empezó en Nochevieja-- por la "alta complejidad" del operativo, en el marco de la pandemia del Covid-19 y por las condiciones de la infraestructura.
Lo ha dicho en una rueda de prensa el sábado junto al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, para hacer balance del desalojo, que ha dejado dos detenidos, cinco investigados y 215 identificados de nacionalidad española (100), francesa (35), italiana (10), andorrana (3), austriaca, holandesa y luxemburguesa.
Tanto Sàmper como Trapero han defendido haber consultado previamente a la Conselleria de Salud cómo actuar ante la fiesta, que reunió a unas 300 personas, para evitar un problema de salud pública: "Es la primera vez que se consulta a Salud porque es la primera vez que se produce una pandemia en cien años", ha argumentado el conseller.
Una vez que la consejería de Salud respondió el viernes por la tarde que debían ser identificadas por trazabilidad en el caso de que alguna de ellas diera positivo en covid, fue cuando se puso en marcha el dispositivo policial para actuar, han explicado.
Han precisado que descartaron iniciar el desalojo a última hora de ayer por falta de luz, por lo que se decidió comenzar en la mañana del sábado.
Además, han justificado la tardanza en el desalojo en las malas condiciones de la nave y en que el viernes por la noche muchos de los participantes de la fiesta presentaban un alto consumo de alcohol, de manera que su reacción ante una operación policial podía ser "imprevisible".
"Había que hacerlo rápido, pero bien. (...). No ha habido permisividad", ha dicho el mayor de los Mossos.
Trapero, por otro lado, ha concretado que se han hecho hasta tres mediaciones con los asistentes a esta fiesta ilegal, pero que "nadie ha tenido una actitud de facilitar el fin de este ejercicio de irresponsabilidad".