Este lunes, por primera vez, hemos escuchado a Christian Condado, el soldado de 27 años del Ejército de Tierra que se la jugó por defender a una chica del acoso de una "manada" en Huesca. Acabó en la UCI y meses después sigue recuperándose de las gravísimas secuelas que le provocó la salvaje agresión.
Habla por primera vez de la brutal agresión que sufrió por defender a la novia de un compañero. Varias personas se abalanzaron contra él. "Estaba la chica gritando y me acerqué. No me dio tiempo ni a abrir la boca y me dieron un puñetazo, caí al suelo noqueado y me reventé la cabeza contra el suelo", explica el militar.
Su agresor huyó dejándolo malherido. Tenía el cráneo destrozado y tuvo que ser operado de urgencia. Su estado era de extrema gravedad y tuvo que ser trasladado a la UCI del hospital Clínico de Zaragoza, donde le operaron de una fractura craneal.
Según apuntan los testigos de la paliza, los hechos se produjeron después de que una joven se sintiera acosada por el grupo de agresores. Ocurrió hace cuatro meses, pero Christian aún sufre graves secuelas. Ha perdido la audición casi por completo y también el equilibrio. Lesiones que han truncado sus planes, aún no sabe si podrá seguir en el Ejército.
También le preocupa que sus agresores hayan sido puestos en libertad -el pasado jueves-. "Estamos expuestos a que nos destrocen la vida", señala el militar, que ha creado un perfil de Instagram (@nunca_caminaras.solo) para denunciar la impunidad que rodea a este tipo de agresiones mientras espera justicia.
Hace unos días, otro joven militar sufrió otra brutal agresión en el municipio de Jaca. "Es gente que sale a pegar gente", subraya el soldado. En este caso, los ocho agresores, cinco adultos y tres menores, también están en la calle.