Muchos mayores se sienten maltratados por la banca y han decidido pasar a la acción. Y razones no les faltan. La era digital les ha pillado por sorpresa y, por mucho que los intenten, hay gestiones que no pueden realizar de manera telemática y a través de Internet, tal y como cada vez les exigen más organismos, como las administraciones o los bancos.
Contra estos últimos ha estallado el movimiento 'Soy mayor, pero no idiota'. Un colectivo de jubilados y pensionistas se han concentrado delante de una sucursal bancaria en Murcia para protestar por las dificultades que tienen para realizar sus gestiones, debido al cierre de oficinas y al horario reducido de atención al cliente por la pandemia. No hay personal de ventanilla que les ayude y tampoco pueden pedir ayuda. O en todo caso, pagar por gestiones que desde el cajero les saldrían gratis.
Por eso, los mayores que sufren la exclusión digital dan un paso al frente y reivindican un trato más humano de la banca. Y es que hay veces que utilizar el cajero automático, una tarea sencilla para muchos, se convierte en toda una odisea para muchos otros, a quienes nadie preparó para ello.
Una reivindicación, que parece obtener sus primeros frutos. Carlos San Juan, el hombre que hizo viral la campaña 'Soy mayor, pero no idiota' ha cosechado un primer éxito. Las autoridades económicas le han llamado para hablar de la brecha digital. Él, por su parte, se ha mostrado, primero, "sorprendido" y, después, "agradecido". El objetivo de San Juan es conseguir medio millón de firmas de la ciudadanía, para trata de reducir esa brecha digital en los mayores.
Un primer paso que recuerda que los mayores existen, aunque parezcan ser los grandes olvidados en la era 2.0.