El Tribunal de Casación de Italia ha ratificado la sentencia del Tribunal de Casación de Florencia que condena a Alessandro Albertoni y Luca Vanneschi a tres años de prisión y que demuestra que Martina Rossi no se suicidó sino que murió accidentalmente al precipitarse al vacío cuando intentaba huir de una agresión sexual llevada a cabo por los dos amigos en un hotel de Mallorca en el año 2011.
El caso, que se cerró inicialmente como un suicidio después de que la Policía española no encontrara indicios de violencia en el cuerpo de la fallecida, fue reabierto un año más tarde cuando los padres de la joven consiguieron que la Justicia italiana investigara el caso.
Mientras esperaban para prestar declaración en dependencias del juzgado que les había citado en la ciudad de Arezzo (Toscana), los dos jóvenes mantuvieron una conversación que, sin que ellos lo supieran, fue captada por las cámaras de seguridad. En aquella charla entre amigos, se revelaría la clave del caso que más tarde daría un giro a la investigación.
Durante los momentos previos a su declaración, uno de los dos amigos se dirige a otro y le dice: "Tranquilo, en el cadáver no encontraron ninguna prueba de violencia sexual”. Después de que la grabación fuera admitida como prueba en el caso, los investigadores dejaron de ver la muerte de Martina Rossi como un suicidio y la posibilidad de que se hubiera producido una agresión sexual comenzó a cobrar fuerza como la hipótesis principal.
Hasta aquel momento, nadie había hablado de violación ni de agresión sexual pero fueron los propios jóvenes los que se autoinculparon. Además, la cinta muestra un momento en el que los dos amigos se ponen de acuerdo para idear una versión común y así evitar contradicciones en sus testimonios. Según lo acordado, ambos iban a tener relaciones con la chica cuando de repente "se volvió loca" y se tiró por el balcón. Con todo esto encima de la mesa, la Justicia italiana decidió condenar a los dos jóvenes a seis años de cárcel por un delito de agresión sexual en grupo y otro por homicidio.
Tras ser condenados, los dos amigos presentaron una apelación y el juez les terminó exculpando. No obstante, la familia persistió con otro recurso y el caso llegó hasta el Tribunal de casación de Florencia donde Alessandro y Luca contaron con el testimonio de una camarera del hotel que afirmó haber visto a Martina tirarse al vacío desde el balcón sin que nadie lo agrediese.
A pesar de este testimonio, un técnico determinó que la camarera no podía ver lo que se encontraba en el interior del balcón desde el punto en el que se encontraba y los dos jóvenes volvieron a ser condenados, en este caso, a tres años. Tras recurrir al Tribunal de Casación nacional de Italia, la Justicia ha ratificado la pena para los dos amigos que ahora deberán terminar de cumplir su condena.
Según recoge el medio italiano Il Corriere della Sera, la familia ha acogido la decisión con alivio y alegría. "Por fin se ha hecho justicia", ha comentado Bruno Rossi, padre de Martina. "Mi esposa y yo no queríamos venganza, solo la verdad. Nadie podrá devolverme a mi hija, nadie podrá aliviar nuestro dolor eterno. Pero ahora Martina ha recuperado la dignidad que se merece después de todo el barro que le arrojaron y podremos recordarla de la mejor manera posible".