Aunque la empresa que tenía contratada a la cuidadora que fue condenada en Andújar por maltratar a una anciana la despidió nada más conocer el maltrato, al parecer la agresora trabaja ahora por su cuenta. El ayuntamiento le sigue los pasos. Vive en el pueblo. Pedir referencias, cualificación, cursos de geriatría o ser gerontólogo, hacer periodo de prueba, es imprescindible. Estar pendiente de quien entra en casa también. Y lo último es confirmar con cámara oculta su madre era víctima de la violencia.