Expectación total. Más de 100 cámaras. La historia de la viuda negra de Patraix atrae. Es la historia de un mantis y de un hombre que mató al marido de otra, inducido presuntamente por esta. Un hombre con otra vida, casado y padre de un adolescente que ahora se sienta en el banquillo acusado de asesinato. Confesó y la exculpó al principio, no ahora. Salvador creía que el marido de Maje la maltrataba dijo en su confesión. Nada de eso. Ahora pide perdón y dice que ella lo planeó todo. Su defensa la califica de depredadora. Y la defensa de ella intenta exculparla.
La fiscalía pide 18 años de cárcel para Salva, el presunto autor material del asesinato de Antonio a traición y a cuchilladas en el parking sin que este se pudiera defender. La acusación pide 20. En el caso de Maje, ya conocida como la viuda negra, la fiscalía pide 22 años de cárcel por el agravante de parentesco y la acusación solicita 25 años. Ahora con la cabeza gacha, Maje, como se conoce a la mujer del asesinado es presentada en el juicio que comienza hoy como una femme fatale. Joven, sumamente atractiva y conocedora de su capacidad de seducción con los hombres, el perfil de Maje es vital para adentrarse en lo ocurrido.
Un jurado popular compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres se encarga desde este miércoles de juzgar a María Jesús M.C., 'Maje', la conocida como 'viuda negra de Patraix', y su examante, Salvador R.L., ambos acusados de matar al marido de ella en agosto de 2017 en un garaje de este barrio de València.
La vista contra los acusados, que trabajaban en el mismo hospital de València, ella como enfermera y él como auxiliar, ha arrancado en la Audiencia de Valencia tras la elección del jurado --con un hombre y una mujer de suplentes--, proceso que se ha prolongado hasta pasadas las 13.30 horas.
La primera sesión del juicio, que se prevé que se prolongue hasta el 29 de octubre, incluye la lectura de los escritos de calificación y la exposición de los argumentos de las partes mientras que para este jueves se ha señalado la declaración de los dos acusados.
¿Por qué Maje se lleva todos los focos si ella está considerada inductora y no autora? Porque su historia la convierte en un thriller. Hablamos de una joven que pensaba que se le había pasado muy rápido la adolescencia, que no la había disfrutado pues siempre hizo caso a unos padres que considera bastante estrictos. En su mente, no estaba viviendo la vida. De hecho "se había casado para probar qué era ser novia, cómo era ese día tan especial y que, en todo caso, se había casado obligada por las dos familias. No quería a Antonio y que mantenía relaciones sexuales con él por obligación", relata Levante.
Maje quería fiesta, sexo y dinero. Y el seguro de vida le garantizaba 1.600 euros al mes. Suficiente. Hablamos de una joven que logra tener cuatro amantes y que usa a cada uno a su conveniencia. Salvador es el más pagafantas, y al que presuntamente convenció para acabar con la vida de su marido.
Las versiones que los abogados de Maje, conocida como "la viuda negra de Patraix", y de su examante, Salvador, han defendido ante el jurado en la primera jornada del juicio contra ambos por el asesinato del marido de ella suponen una acusación mutua del crimen, intentando a su vez exculparse a sí mismos.
Ha sido en los escritos de los abogados defensores, en los que cada uno de los acusados dibuja su estrategia, donde ha quedado clara la divergencia de las versiones que cada una de las dos personas que se sientan en el banquillo dará al jurado. Y también que cada uno de esos dos relatos buscará la exculpación cargando la responsabilidad en el otro acusado. El amor y la pasión llegó donde llegó. Ahora prima salvarse. "Él ha sido también una víctima en manos de una depredadora", dice la defensa de Salvador, que argumenta que era un servil lacayo de ella. El abogado de la acusada refuta la imagen de la víctima como esa viuda negra de la que habla la prensa. "Es falsa la acusación de ser una chica de pueblo manipuladora. Les ruego que no caigamos en la trampa moral sexual. Esto no se diría jamás de un hombre", ha dicho la defensa de Maje.
No lo tendrán fácil. El fiscal ha anunciado multitud de pruebas para condenar a cada uno de los dos inculpados: grabaciones de llamadas de teléfonos intervenidos, cartas, "pantallazos" de mensajes en el móvil y declaraciones de testigos. “La relación afectiva y sexual entre ambos es la clave”, ha dicho el fiscal, quien ha recordado que el crimen, planeado de manera “muy inteligente” según su criterio, quedó en evidencia cuando Maje, el 8 de noviembre de 2017, cometió un error: habló por teléfono con Salvador y ambos discutieron el crimen (hasta el punto de que él llegó a echarse a llorar). La conversación quedó grabada y será escuchada en el juicio. El fiscal ha relatado también ante el jurado que está seguro de que Salvador cumplió el plan de ambos, sorprendiendo a Antonio con sus cuchilladas mediante un ataque “a traición” del que la víctima no pudo defenderse.
Mientras, el letrado de la acusación particular ha refrendado el relato de hechos del fiscal, ha calificado a María Jesús de mentirosa compulsiva y ha insistido en que ella es la verdadera autora de un plan preconcebido para el asesinato de Antonio. En ese sentido, el fiscal ha recordado que ella ganó con el crimen una pensión de más de mil euros al mes, varias probables indemnizaciones por seguro y su parte en la herencia de Antonio. El crimen era difícil de resolver, ha recordado también el fiscal, porque no había aparente conexión entre autor y víctima, pero desde un principio los policías vieron que ella mentía continuamente. Entonces se intervino su teléfono y se vio que tenía una doble cara: mientras clamaba por el asesinato de su esposo, mantenía una vida de disfrute.
De hecho, tan sólo 23 días después del asesinato de Antonio, la viuda negra de Patraix salió de fiesta con su mejor amiga, Rocío. En una discoteca de Alicante conoció a Sergio, un guardia urbano, le acompañó a su hotel y mantuvieron relaciones sexuales en varias ocasiones. Ahora en la cárcel se investiga si mantiene relaciones con varios reclusos, tal y como afirman ellos, usando en mimos modus operandi que fuera, sexo a cambio de favores.
A partir de la llamada del 8 de noviembre, ha insistido el fiscal y luego la acusación, fue más fácil de deshacer la madeja: se sucedieron versiones contradictorias de ambos e indicios que arruinaban la credibilidad de la viuda, y finalmente Salvador acabó incriminándose, al principio exculpándola a ella.
En contra de esta versión, en sus escritos, los dos abogados defensores han querido exculpar a sus clientes: el letrado del acusado ha argumentado que él fue siempre “una marioneta” en manos de ella, quien usó su atractivo para que Salvador hiciera "cualquier cosa" por su aprobación. Aunque ha pedido la absolución, el abogado de Salvador ha solicitado, para el caso de imponerse una condena, que se le apliquen eximentes de trastorno mental transitorio.
El abogado de la familia de Antonio sostiene que mientras que la víctima amaba "profundamente" a su mujer, él para ella era un "obstáculo" pero el divorcio no era el modo de conseguir de modo pleno todas sus pretensiones económicas ni estaba contemplado en las creencias religiosas de la familia de ella.
"Su religión es la mentira, puede llevar cuatro vidas paralelas y dar cuatro versiones distintas con los hombres con quienes mantenía relaciones sexuales" según su conveniencia, ha defendido el letrado de la familia de Antonio, quien ha indicado que Maje se casó "por ser el centro de la fiesta" y utilizaba a sus amantes y, a través "de la manipulación constante", llegó a convencer a Salvador del crimen tras haberlo intentado con otro.