Amanda Furner acudió a recoger a su hija como todos los días a la salida de la guardería Kiddy Palace Learning Center, en el norte de Melbourne, Australia, cuando ocurrió la tragedia que le cambió la vida. Su coche atropelló por accidente a su niña de 3 años y acabó con su vida, según Daily Mail.
Los hechos sucedieron el pasado 14 de octubre cuando la mujer, antes de meter a su hija en el coche con el que fue a recogerla, abrió las puertas y trató de encender el aire acondicionado para que se enfriara el vehículo.
En ese momento Amanda, que está embarazada, fue a coger a la pequeña Charlotte para meterla en el coche, ya que sus otros tres hermanos ya estaban dentro, y fue entonces cuando el coche comenzó a caer y atropelló a ambas. Ahora, semanas después de la tragedia, la mujer está considerando emprender acciones legales contra la compañía de alquiler de coches, asegurando que el vehículo estaba defectuoso y que el fallo le costó la vida a su hija.
Además, ha iniciado una campaña para recaudar fondos en la web GO FOUND ME, asegurando que está viviendo en un motel porque no se atreve a volver a su casa y no poder superar la ausencia de su hija.
Desgraciadamente, no es la primera vez que un accidente de este tipo provoca la muerte de una persona. El octubre pasado una mujer falleció atropellada por su propio vehículo cuando realizaba un reparto y el vehículo comenzó a desplazarse para atrás en Almería. Al igual que en agosto, cuando una joven de 25 años sufrió un accidente similar que le costó la vida.