Según asegura el diario Mirror, la mujer era plenamente consciente de lo que hacía cuando agarró al pequeño y empezó a golpearle contra el mobiliario de la casa hasta que el pequeño dejó de gritar. Sus otros dos hijos, de cuatro y siete años, al oír el llanto del bebé fueron a ver lo que sucedía. Al ver tan terrible escena, ambos salieron a la calle a pedirle ayuda a los vecinos. Cuando llegaron los servicios de emergencia, la mujer había descuartizado al pequeño y había tratado de desacerse de sus intestinos tirándolos por el desagüe de la bañera.
Smocot le ha asegurado a sus abogados que quiso terminar con la vida del pequeño al darse cuenta de lo mucho que se parecía a su amante, con el que mantenía una relación desconocida para muchas personas. El juez, ha sentenciado que la mujer no sufría ningún tipo de enajenación la ha condenado a 18 años de cárcel.