Poco a poco se van conociendo más detalles sobre el secuestro de la madre antivacunas de Sevilla a sus dos hijos menores, de 12 y 14 años. Su intención era alejarlos de su padre y evitar así que fueran vacunados contra el coronavirus. Ahora se sabe que la mujer huyó con ellos, y con su actual pareja, un médico naturópata, negacionista y antivacunas, hasta Portugal.
La pareja, junto con los niños, se ocultaron en una 'comuna hippie' situada en Aljeruz, un municipio portugués situado al sur de la costa oeste de Portugal, cerca de Lagos. La han denominado así, aunque su propio abogado ha aclarado que se trata de un piso situado en la montaña. Allí estuvieron durante más de cincuenta días, casi dos meses, incluidos las Navidades y el fin de año, y sin que nadie supiera nada sobre su paradero ni el de los pequeños. Según el abogado de la madre, Borja Gómez, "ella no quería que fueran vacunados porque tiene amigas que están gravemente enfermas y no quiere experimentarlo con sus hijos".
Durante la estancia de Portugal, la madre grabó a los niños diciendo que no querían ser vacunados. Un documento que pretendería usar a su favor, pero que no tendría ninguna credibilidad, puesto que los propios menores han asegurado que les obligaron a decirlo.
Evitar la inoculación contra el coronavirus fue el motivo que la llevó a huir con sus hijos, sin dar señales de vida, hasta que se emitió una orden de busca y captura contra ella y la noticia saltó a los medios. Fue entonces cuando un Guardia Civil los descubrió en el municipio portugués y ante la presión, decidió entregarlos voluntariamente en un juzgado de Sevilla. Su propio abogado defiende que la sustracción está justificada. Él tampoco confía en la vacunación: "Yo no estoy vacunado. Jamás", admite Gómez.
Una situación muy dura para los niños, quienes, tal y como asegura el abogado del padre, Javier Toucedo, "llegaron muy nerviosos" a casa.
La juez la ha dejado en libertad provisional, le ha impuesto una orden de alejamiento y le ha entregado la custodia al padre, hasta ahora compartida por ambos progenitores. La mujer podría enfrentarse a una pena de hasta cuatro años de cárcel por sustracción de menores.