Este 2021 es el año en el que más estudiantes se han presentado a la EBAU, Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad, la antigua selectividad, y el año que más aprobados se han registrado, por lo menos en la Comunidad de Madrid, con un 95%.
Lidia González Cuadra, una joven madrileña de 17 años, alumna del Colegio El Carmelo Teresiano, es un claro ejemplo de la responsabilidad y el gran futuro que presentan muchos jóvenes. En selectividad ha sacado todo dieces y un nueve, en inglés, y su nota es de 13,8 sobre 14. En primero y segundo de Bachillerato, de Ciencias Sociales, también sacó casi todos sobresalientes, pero estas maravillosas notas no son fruto de la casualidad, sino del "esfuerzo continuo", según explica la joven en Informativos Telecinco.
En la EBAU, de no ser por un fallo en inglés, Lidia habría sacado todo sobresalientes. "Fallé en un ejercicio de completar con palabras. Ahí alguna podía fallar, porque es imposible sabérselo todo. Al salir sabía que me había equivocado", comenta la joven con buen humor. El resto de exámenes, entre los que destaca Economía, Matemáticas o Historia, los sacó perfectos.
Lidia tenía entre ceja y ceja estudiar la carrera de ADE y marketing en la universidad, y la nota es muy alta en algunos centros. El reto comenzó desde que arrancó el curso, no se esperó a que se acercaran los exámenes. "Ha sido un esfuerzo constante desde que empecé en septiembre, no he tenido que pegarme un atracón para la selectividad. Pensé que tenía que estudiar bien para conseguir la carrera que quiero, sino no iba a llegar", destaca la estudiante.
Lidia ha estudiado "entre 5 y 6 horas" de lunes a jueves y el fin de semana aprovechaba para descansar y desconectar, aunque también repasaba algunas horas el viernes o el sábado por la mañana. "Llegaba, comía y me ponía a estudiar, pero viene bien desconectar el fin de semana", comenta la joven, que se preparó para los exámenes en su cuarto. "Me concentro bien en mi habitación con la puerta cerrada, no he ido a la biblioteca", precisa.
Respecto a la planificación del estudio, lo que hacia era "estudiar todos los días las asignaturas más fuertes", Historia y Lengua, y luego, sobre las 19 o las 20 horas, cuando estaba "más cansada", se ponía con Matemáticas. Lidia ha utilizado las semanas previas a la selectividad como repaso.
Los nervios tampoco han sido un problema para ella. "Cuando me dieron las notas de clase, antes de selectividad, ya me puse más nerviosa y me tomé alguna tila. Antes de los exámenes pensé que no podía estar nerviosa, porque me iba a perjudicar para estudiar, para repasar y para los exámenes. Y al final fue más pensar que me iba a poner nerviosa que realmente lo que pasó", recuerda la joven.
"En casa se han puesto a llorar cuando han sabido mi nota. Mi hermana y toda mi familia se ha puesto muy contenta. Todavía me queda hablar con muchos amigos que me han preguntado", cuenta Lidia sobre cómo han recibido la noticia sus seres queridos. Como ella, muchos estudiantes celebran ya unas merecidas vacaciones después de todo el sacrificio.