Una espectacular persecución tuvo lugar ayer en la playa de Sobrevela de la Línea de la Concepción, en Cádiz, cuando dos patrulleras de la Guardia Civil y un helicóptero persiguen a una lancha sospechosa. El empeño de sus ocupantes, cuatro presuntos narcos, por escapar es tan infructuoso que terminan con la embarcación embarrancada en la arena de una playa llena de bañistas.
Los bañistas de Sobrevela se creían que estaban grabando una película de acción, pero, tras realizar varias maniobras evasivas, y al verse acorralada en el mar por las autoridades, la lancha se abalanzó sobre ellos a toda velocidad. “¡Que viene, que viene!”, gritaban, eso sí, sin perder la sangre fría de grabar con sus móviles las imágenes que acompañan estas líneas.
El motor de la planeadora se adentra 20 metros en la orilla. La hélice girando a todo gas sobre la arena y el viento levantan un enorme remolino de polvo que ayudó a los cuatro sospechosos a escapar. No hubo heridos pero pudo haber sido una tragedia.
Fuera de los arenales tuvo lugar la segunda parte de esta trepidante persecución. El intrépido piloto y sus acompañantes no llegaron muy lejos: a uno de los narcos le cazaron en el paseo, a otros dos en la playa y el cuarto fue acorralado en un callejón por varios agentes.
Los cuatro ocupantes fueron finalmente detenidos por tráfico de drogas. No llevaban estupefacientes, pero por sus dimensiones, 9 metros, podía tratarse de una de las embarcaciones que abastecen de combustible a las gomas.
El narcotráfico no se ha frenado durante la pandemia. Durante toda la cuarentena hemos podido ver cómo los narcos aprovechaban para hacer sus descargas creyendo que eran menos visibles durante el confinamiento.