Se repiten los botellones en algunas ciudades de España. Por ejemplo, en Barcelona, donde la policía ha vuelto a desalojar varias celebraciones, aunque menos multitudinarias. Fernando Simón, el director del Centro de Alertas Sanitarias, asegura que se siente decepcionado con las imágenes de los jóvenes y no tan jóvenes en fiestas sin control, que podrían llevar a un nuevo pico de contagios de coronavirus. Un mensaje que repite la OMS: “Esto ya ha supuesto repuntes en otros países”.
Fiesta en el Born, de Barcelona. Es lunes por la noche y algunos siguen con la juerga. “La gente lo necesita lo que pasa es que no se cumplen las medidas frente al covid”, afirma un joven. Medidas de distanciamiento social que brillan por su ausencia.
La guardia urbana ha tenido que desalojar el centro de la ciudad condal. Aunque había mucha gente, nada que ver con el desmadre del fin de semana.
No se puede actuar como si el virus hubiese desaparecido. La OMS advierte que “bajar la guardia puede hacer que perdamos lo logrado hasta ahora”.
Indignado se ha mostrado Fernando Simón, que hace autocrítica. “Estoy decepcionado porque el mensaje no se ha transmitido como debía, no lo he sabido transmitir a la población”.
El periodista Carles Francino tampoco oculta su decepción. “Que en la UCI se escucharan los ruidos del botellón en las calles no tiene nombre”.
Ayer, Francino volvía a los micrófonos emocionado tras superar el virus “Tuve que ingresar con fiebre muy alta, con oxígeno”. Han sido 47 días de lucha contra el covid.