Los 600 muertos a la semana por covid no importa a estos que bailan y se emborrachan mientras festejan el levantamiento del estado de Alarma. En Cataluña hubo 600 sanciones por comportamientos temerarios e irresponsables. En el Hospital del Mar de Barcelona atendieron tantos casos de coma etílico, como en Nochevieja. La conducta más desaprensiva que pueda verse, jóvenes que se ríen de todo en la calle pero que luego tienen que ser atendidos en el hospital por los mismos que se dejan la vida para atajar la pandemia. Los sanitarios ya advierten que los nuevos brotes pueden ser inevitables. No es excusa la fatiga pandémica para justificar esta necesidad de beber sin control. En los hospitales crece la indignación por la falta de civismo y empatía con los muertos y los que sufren cada día por el covid. No parece que la insistencia de los medios y las campañas de publicidad hagan mella en los descerebrados que asocian libertad y alcohol. El miedo a los brotes de los sanitarios, crece.
De hecho un informe que ha salido a la luz hoy demuestra que tenemos un problema en la relación de los jóvenes con el alcohol como forma de ocio. Y ese abuso, que se ve en los botellones a edades tempranas tiene secuelas. El 60,9% de los estudiantes universitarios de primer año de grado y primera matrícula se emborracharon en los últimos 12 meses y, de ellos, más del 18% tuvo conductas sexuales "de riesgo". Así lo desvela el estudio Experiencias declaradas de conductas sexuales de riesgo en relación con el consumo de alcohol en el primer año de universidad, publicado esta semana en la Revista Española de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, financiado por el Plan Nacional Sobre Drogas y el Instituto de Salud Carlos III a través de la convocatoria del Fondo de Investigación Sanitaria. En el estudio participaron un total de 9.862 estudiantes de las universidades de Alicante, Cantabria, Castilla-La Mancha, Granada, Huelva, Jaén, León, Salamanca, Valencia, Valladolid y Vigo de los cursos académicos de 2011-2012 a 2017-2018.
El objetivo de este trabajo, basado en el Proyecto uniHcos (Universitarios, hábitos de vida, cohorte de seguimiento) y realizado a partir de un cuestionario con más de 400 items, fue estudiar si las conductas sexuales de riesgo al consumir alcohol (CSRA) se asocian a los consumos de mayor riesgo y, en concreto, desveló que el 90,3% consumió alcohol y el 60,9% tuvo borracheras en el último año.
Por su parte, el 78,2% consumió alcohol en el último mes, mientras que el 49% tuvo consumo de atracón en dicho periodo. El consumo en el último mes y las borracheras en el último año fueron mayores en hombres y las CSRA fueron superiores entre los que se emborracharon (15,7% practicaron sexo sin protección, un 1,9% abuso sexual y 0,7% se aprovecharon sexualmente de otra persona) y entre los que consumieron en atracón (17,1%, 1,9% y 0,7%, respectivamente).
Las mujeres con ambos consumos de riesgo presentaron más abusos sexuales (2,2%), y los hombres fueron quienes más se aprovecharon sexualmente de otros (tras borracheras, un 1,2% y tras consumo de atracón, un 1,3%). De entre los consumidores durante el último año, el 11,5% refirió sexo sin protección, el 1,4% abusos sexuales y el 0,5% aprovecharse sexualmente de alguien.
La edad media de inicio del consumo de alcohol fue de 15,3 años, los que lo iniciaron antes de los 15 fueron el 31,5%, no existiendo diferencias significativas por sexo. Los lugares más frecuentes de consumo fueron bares (63,1%) y fiestas privadas (45,8%) y en los hombres fue "significativamente" superior el consumo en bares, en la calle (botellón) y en fiestas privadas.
Según los autores del estudio, los resultados plantean la necesidad de realizar intervenciones de promoción de la salud interdisciplinares e intersectoriales en este periodo "vital" para abordar los diferentes factores de protección y de riesgo con el fin de evitar consumos problemáticos de alcohol; mediante intervenciones sobre el contexto que dificulten su accesibilidad, detección del consumo de riesgo de alcohol de forma precoz e intervención mediante consejo individual.
Junto a ello, también estiman importante el impulso de programas que trabajen las "falsas expectativas" en relación al consumo de alcohol y las relaciones sexuales y potencien las habilidades para afrontar la presión de los iguales. En el estudio han participado los investigadores Susana Redondo-Martín, Carmen Amezcua-Prieto, María Morales Suarez-Varela, Carlos Ayán, Ramona Mateos-Campos, Vicente Martín, Rocío Ortíz-Moncada, Ana Almaraz-Gómez, Carmen Rodríguez-Reinado, Miguel Delgado-Rodríguez, Gema Blázquez-Abellán, Jéssica Alonso-Molero, Agustin Llopis, Jose María Cancela, Luis Felix Valero-Juan, Virginia Martínez-Ruiz y Tania Fernández-Villa.