Javier Serrano, un hombre de 58 años que sufría ELA (esclerosis lateral amiotrófica), ha sido el primer paciente de la Comunidad de Madrid en acogerse a la ley que autoriza la eutanasia en España desde hace cuatro meses.
El hombre, que recibió el diagnóstico de la enfermedad el año pasado, ha fallecido este miércoles en su domicilio de Getafe, asistido por un equipo médico del Hospital 12 de octubre y acompañado por sus familiares. La eutanasia de Javier Serrano se desarrolló según lo previsto.
El paciente esperaba desde junio la eutanasia y hasta este martes no recibió la llamada del centro hospitalario informándole de que su petición había sido aprobada por el Comité de Garantías y Evaluación, creado el pasado 19 de octubre. En unos meses pasó de caminar con dificultad a no poder hacerlo. A causa del dolor, apenas podía mover las manos y dormir.
Al preguntarle los sanitarios cuándo quería que se produjese, él dijo "mañana", no quería ni podía aguantar más: "Los dolores son bestiales, cada día que pasa son peores y ya no los aguanto ni con morfina", explicaba el hombre en la Cadena Ser, asegurando que se iba "contento" y "alegre" tras 58 años de vida.
Minutos antes de las 11:00 horas de la mañana del miércoles, la hora de su cita con la muerte, Javier atendió a NIUS. "Por fin es el día, 3 de noviembre de 2021", decía para comenzar la llamada. "Para llorar ya he tenido tiempo, mientras me deterioraba o sufría dolores insoportables. Ahora es momento de celebrar que voy a ponerle fin a tanto sufrimiento", subrayaba el paciente.
Javier reconoció que se le había escapado alguna lágrima en las últimas horas. "Pero solo cuando pienso en la gente a la que quiero, sobre todo en mis nietos, que tienen 2 y 5 años. Espero que no se olviden de mí, si no, ahí está mi hijo para mantener mi recuerdo". Cuando quedaban apenas 20 minutos para que su tiempo llegara a su fin, se despedía con humor. "Se me van a enfriar las porras", comentaba divertido. "Me han dicho que no voy a sufrir, cuatro inyecciones y listo", concluía antes de colgar.
La Ley Orgánica para la regulación de la eutanasia, se aprobó el pasado mes de marzo en el Congreso de los Diputados y entró en vigor en España el viernes 25 de junio. La norma prevé que cada comunidad autónoma constituya comisiones de evaluación de los casos de pacientes que piden morir.
Sin embargo, la Comunidad de Madrid no aprobó hasta el pasado mes de octubre la comisión y el decreto que regula el registro de profesionales sanitarios que hacen objeción de conciencia ante la eutanasia -que no quieren aplicarla-.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha indicado este martes que respeta la decisión del paciente y ha mostrado su apoyo a los familiares. Además, ha asegurado que el Gobierno madrileño ha aplicado la ley "con la mayor celeridad posible", justificando la demora en que se necesitaba la aprobación del registro de objeción de conciencia.
"Somos un gobierno respetuoso con las leyes, los procedimientos y las garantías", ha indicado la dirigente madrileña, quien también ha dicho que quiere ofrecer "los mejores cuidados paliativos". Ayuso, además, asegura que Madrid seguirá apostando por la objeción de conciencia de "los médicos que no quieren" aplicar la eutaniasia, algo que se tendrá que tratar "políticamente".
La Ley Orgánica para la regulación de la eutanasia, reivindicada como derecho a una muerte digna, fue aprobada con los votos en contra del PP y de VOX. Cataluña, entre otras regiones, ya ha aplicado la normativa en varios casos.
Por otra parte, Galicia también ha recibido acusaciones de aplicar la eutanasia con demasiada lentitud. El consejero de salud, Julio García Comesaña, ha admitido que se han recibido nueve solicitudes de eutanasia desde que se creó la comisión de evaluación el pasado mes de julio.
Esta ley prevé que las personas mayores de edad, conscientes en el momento de su solicitud y que sufran una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico y que les imposibilite puedan pedir la muerte.
Deben ser personas informadas de su proceso médico, su tratamiento y sobre el acceso a cuidados paliativos, además se tiene que dar un consentimiento. Los comités médicos son los que finalmente evalúan cada caso.