Federica, italiana de 44 años, licenciada en Filosofía ha advertido a los medios, que "salimos del convento, pero no dejamos la Iglesia y no olvidamos la fe".
La historia de estas dos mujeres ha saltado a los medios italianos que cuentan de la timidez y la fortaleza para enfrentar una decisión tan importante.
Ambas tuvieron que realizar los trámites en el Vaticano para dejar los hábitos de monja, a lo que se dedicaron desde muy jóvenes, según la Stampa.
El alcalde de Pinerolo, en Turín, oficiará la boda por lo civil, pero después un cura excomulgado por su apoyo a los matrimonios homosexuales realizará una ceremonia religiosa.
Este exsacerdote habla de la fe de ambas mujeres, que después de tres años, "han tomado una decisión con coraje, sabiendo que no será muy apoyadas".
Dentro del convento, explica el padre excomulgado Franco Barbero, "han sido criticadas, pero también apoyadas por algunas hermanas".
"Se enamoraron como todas las personas en el mundo. Conociéndose lentamente y descubriendo un sentimiento profundo".
Las novias -dice Barbero- han pedido el anonimato. "No queremos convertirnos en famosas, solo vivir serenamente juntas y encontrar un trabajo".
El excura, además, dice que esta no es la primera boda entre dos exmonjas que oficia.