Luchar contra los signos del envejecimiento no va a ser solo cuestión de cuidarse y pasar por el quirófano. A partir de ahora también hay que escoger entre vivir en un bajo o hacerlo en un piso superior. Y no, no tiene nada que ver con utilizar el ascensor o subir a pie, sino con una cuestión física que los investigadores pueden medir y es que el tiempo pasa de formar diferente entre dos capas de atómos separadas por un milímetro, como informa Público.
Se trata de una de las derivadas obtenidas de las conclusiones de un estudio elaborado por investigadores del JILA, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de la Universidad de Colorado, alfrente del que se encuentra Tobias Bothwell.
El equipo que coordina ha encontrado una forma de utilizar un reloj atómico para demostrar un principio de la relatividad general y sus resultados han sido publicados en la plataforma Arvix.com
Los relojes atómicos son los cronometradores más precisos del mundo. Utilizan láseres para medir las vibraciones de los átomos, que oscilan a una frecuencia constante, como muchos péndulos microscópicos que oscilan en sincronía. Los mejores relojes atómicos del mundo marcan el tiempo con tal precisión que, si hubieran estado funcionando desde el comienzo del universo, en la actualidad solo estarían desfasados alrededor de medio segundo.
Lo que este estudio viene a demostrar es que para los átomos que están más alejados del suelo, el tiempo pasa más deprisa porque, según la teoría de la gravedad de Einstein, esta fuerza fundamental atrasa los relojes, informa Tendencias21.
Según este medio, los investigadores comprobaron que el tiempo se movió un poco más rápido en la parte superior de esa muestra que en la parte inferior.
Lo que viene a significar que habríamos envejecido un segundo más a lo largo de 300.000 millones de años.