Se venden olivos centenarios por 2000 euros, interesados visitar la finca. Es el anuncio que podemos encontrar en plataformas de Internet. "Es perder el patrimonio", explica Pepe Zaragozá, secretario comarcal de la Unió de Llauradors. "Una vez que lo han arrancado, se quedan sin patrimonio".
"Los precios pueden ir desde 12.000 euros para arriba", apunta Amador Peset, gerente de la bodega Peset y Vallés. Lo destacable es que desde 2006 esta practica esta prohibida por ley en la Comunidad Valenciana. "Pero siempre hay quien intenta burlar la ley", lamenta Zaragozá.
En la otra cara de la moneda se encuentra Amador, hace 14 años decidió recuperar los campos abandonados y poner en valor estos olivos milenarios, ya cuida mas de 180 monumentos. "Sí, yo me he dedicado durante muchos años a buscar fincas que estuvieran abandonadas, que tuvieran estos árboles y recuperarlos y ponerlos en producción".
Éste de Castellón lleva mas de 1000 veranos presidiendo esta plaza, y como el otros miles a lo largo de toda la provincia. Pero la despoblación y la poca rentabilidad económica unido a la falta de interés de los jóvenes por las tareas agrícolas está llevando a su abandono. "Cada vez somos menos los jóvenes que estamos trabajando en el campo porque es un trabajo muy duro y que muchas veces no es rentable".
"Estos olivos aún son menos rentables, digamos, que un olivo más joven", remarca Hilari Jaime, responsable del sector del aceite de la Unió de Llauradors. Aunque de entre todos los olivos, el rey es, con 10,2 metros de diámetro y 2000 años de antigüedad, el que está considerado como el más antiguo de España.